martes, 29 de julio de 2014

EDUARDO PALOMAR BARÓ: A los 76 años de la Batalla del Ebro

Brigada mixta republicana cruza el Ebro: Miravet, julio 1938
Brigada mixta republicana cruza el Ebro: Miravet, julio 1938

El 25 de julio de 1938, a las 0,15 horas 


La operación del cruce del Ebro, en varios puntos de la curva que se forma alrededor de Gandesa, por parte de las tropas del Ejército Popular, comenzó exactamente a las 0,15 horas del día 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, patrón de España y símbolo militar tradicional. El teniente coronel rojo, Juan Modesto Guilloto León, fue el que ultimó los preparativos para llevar a cabo el cruce del río. Aliándose con la oscuridad, se deslizaron silenciosamente las barcas, sorprendiendo a las guarniciones nacionales, que debido a su escasez de efectivos a lo largo del frente invadido, estaban muy diseminadas. Al cruzar los frentepopulistas el río Ebro y amenazar a la retaguardia de las tropas desplegadas contra Valencia, los nacionales sufrieron un tremendo sobresalto.


jueves, 24 de julio de 2014

BLAS PIÑAR: El ángel del Alcázar


Una satisfacción especial me produce el recuerdo de Antonio Rivera Ramírez. No se trata tan solo de contactos y relaciones personales, sino de dar a conocer a quien conocí y admiré, y a quien he tenido y tengo como arquetipo de una generación ejemplar, que supo dar la vida por Dios y por España.

Desde esta perspectiva, rasgar el silencio antihistórico, es un deber de conciencia, y vencer la amnesia colectiva, con el rescate de la memoria, una obligación ineludible.


viernes, 18 de julio de 2014

EDUARDO PALOMAR BARÓ: La prensa en los primeros días del Alzamiento

Numerosos miembros del Frente Popular, integrado por revolucionarios socialistas, anarquistas y comunistas, celebraron la victoria en las elecciones del 16 de febrero de 1936 con salvajes desmanes, incendiando iglesias, conventos, apaleando a sacerdotes, ocupando contra todo derecho fincas rurales en Extremadura, violentando las puertas de las cárceles, dejando en libertad a miles de reclusos, etc.

Ante esta peligrosa situación, el general Franco aconsejó a Manuel Portela Valladares, aterrorizado ante los desmanes del Frente Popular, declarar el estado de guerra. El Jefe del Gobierno obtuvo la correspondiente decisión del consejo de ministros, pero Niceto Alcalá Zamora se opuso a ella.
Portela Valladares dimitió a toda prisa la presidencia del Gobierno, teniendo Alcalá Zamora que nombrar nuevamente a Manuel Azaña Díaz presidente del Consejo de ministros. Franco se puso ya en alerta, ya que Azaña era un enemigo encarnizado del Ejército.

El nuevo Gobierno de republicanos burgueses pudo mantener la ley y el orden, pero sólo de forma pasajera, y se vio obligado a servirse del apoyo parlamentario de los partidos del Frente Popular, cuyos hombres revolucionarios habían de abalanzarse algún día a empuñar por sí mismo el timón del Estado.

martes, 15 de julio de 2014

VALENTINA ORTE: La controvertida personalidad de Margarita Nelken

Nelken y Largo Caballero
Nelken y Largo Caballero

Fue esta señora una escritora, culta, cosmopolita y política nacida en 1896 en Madrid, fallecida en México en 1968, hija de una francesa y de un joyero español, ambos descendientes de judíos alemanes. Su abuelo materno había llegado a la capital en 1889 como relojero de Palacio y poseía una relojería y joyería en Puerta del Sol, 15. Margarita recibió una educación esmerada que se tradujo en tempranas inclinaciones hacia la pintura, las letras y la música.

EDUARDO PALOMAR BARÓ: El execrable asesinato de José Calvo Sotelo

calvo-sotelo2

José Calvo Sotelo nació en Tuy (Pontevedra) el 6 de mayo de 1893. Su padre, Pedro Calvo y Camina, natural de Meneses del Campo (Palencia), ejerció la abogacía en Peñaranda de Bracamonte. Ganó las oposiciones a juez, ejerciendo en Bilbao, Huelma Jaén) y Castropol (Asturias). Conoció en Ribadeo a Elisa Sotelo Lafuente, contrayendo matrimonio el 29 de enero de 1887. En 1889 tomó posesión del juzgado de Lucena (Córdoba) y tras una petición de traslado se aposentó en Tuy, donde nació José.

Brillante historial académico y político de Calvo Sotelo


Estudió en los Institutos de La Coruña y Lugo, para luego cursar la licenciatura de Derecho, parte en Zaragoza, parte en Madrid, debido a los cambios de residencia de su progenitor. Tomó plaza en la Administración del Ministerio de Gracia y Justicia, para más tarde, en 1916, ingresar por oposición al Cuerpo de Abogados del Estado. Anteriormente, en el año 1915 consiguió ser Secretario de la Sección de Ciencias Morales y Políticas. En 1917 ejerció de Profesor en la Universidad.
Hizo una brillantísima carrera política. Desde joven había entrado a formar parte de las filas mauristas consiguiendo un acta de Diputado por el distrito de Carballino y el nombramiento en 1921, de Gobernador Civil de Valencia. Después con la dictadura del general Primo de Rivera, fue Director General de Administración Local. Al constituirse el primer gobierno civil de la dictadura fue nombrado Ministro de Hacienda, cargo que ejerció desde el 3 de diciembre de 1925 hasta el 21 de enero de 1930.

En los pocos más de cuatro años que estuvo en Hacienda, como actuaciones más destacadas cabe señalar las siguientes:

-         Medidas destinadas a evitar la ocultación de la riqueza.
-         Vigorización de los instrumentos fiscales de liquidación, recaudación e inspección.
-         Medidas orientadas a que la imposición fiscal recayera preferentemente sobre las rentas personales.
-         Realización de empréstitos y de conversión de la Deuda Pública.
-         Creación del Monopolio de los Petróleos, al igual que del Banco Exterior de España como un medio para apoyar las exportaciones.

Al proclamarse la República, en abril de 1931, se marchó a Portugal y, posteriormente a Francia, prefiriendo no prometer el cargo de Diputado a las Cortes Constituyentes, para el que había sido elegido por Orense, que correr el riesgo de que  el nuevo régimen -por el que no se tenían mutuamente ninguna simpatía-, le pudiese exigir responsabilidades políticas por su actuación en el período de Primo de Rivera.

En 1933 fue reelegido Diputado por Orense, por Renovación Española. Continuó en París hasta que el Gobierno presidido por Alejandro Lerroux decretó una amplia amnistía, regresando a España el 4 de marzo de 1934, con la doble garantía de la ley de amnistía dada por las Cortes y su acta de Diputado.

Organiza las fuerzas de derecha para poderse enfrentar a la República, a la que como hemos dicho, le profesaba una gran aversión, ya que le había cerrado todo porvenir. Inicia, desde su escaño en las Cortes, una dialéctica demoledora contra la República.

En diciembre de 1934, al constituirse el Bloque Nacional, es su más cualificado representante, demostrando una valerosa actitud ante las Cortes.

Destitución del presidente de la República


El 7 de abril de 1936 se somete a la aprobación de la cámara una propuesta encabezada por los diputados socialistas Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero, y como consecuencia de tal propuesta, por 238 votos contra 5 es destituido el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, al cual se acusa de haber abusado de sus prerrogativas presidenciales y decretar la disolución del Congreso.

Martínez Barrio se hace cargo, con carácter interino, de la Jefatura del Estado. El 14 de abril, V aniversario de la proclamación de la República, se celebra en Madrid un desfile militar, deslucido por la explosión de unos petardos colocados por unos jóvenes monárquicos y en el que fallece el alférez de la Guardia Civil, Anastasio de los Reyes. El entierro de este oficial da lugar a una serie de incidentes callejeros: en la plaza Castelar  muere el falangista Andrés Sáenz de Heredia, primo hermano de José Antonio Primo de Rivera. En la plaza de Manuel Becerra, la manifestación fue disuelta con gran violencia por la Guardia de Asalto, donde el teniente José del Castillo dio muerte a Luis Llaguno, joven tradicionalista, así como al falangista Manuel Rodríguez Jimeno. El balance de los sucesos fue de seis muertos y numerosos heridos.

El 16 de abril de 1936 se reanuda la actividad parlamentaria. Azaña expone ante las Cortes el programa de su Gobierno: “Tengo la pretensión de gobernar con razones... El que se salga de la ley ha perdido la razón y no tengo que darle ninguna... Vamos a lastimar intereses cuya legitimidad histórica no voy a poner en cuestión, pero que constituyen la parte principal del desequilibrio que padece la sociedad española... Romperemos toda concentración abusiva de riqueza dondequiera que esté... Vamos a restablecer toda la legislación social de las Constituyentes... Nosotros no hemos venido a presidir una guerra civil; más bien hemos venido con intención de evitarla...” Tras su discurso, los diputados del Frente Popular aplauden con fuerza. Calvo Sotelo, contesta a Azaña:
“Hablar de calma como característica del Gobierno cuando no existe garantía para la vida en la calle, y amenaza la disolución social, y muchedumbres uniformadas gritan ‘¡Patria, no! ¡Patria, no!; cuando a los vivas a España se contesta con vivas a Rusia, y se falta al honor del Ejército, y se escarnece a España; cuando todo eso está ocurriendo durante siete u ocho semanas, yo me pregunto: ¿Es posible tener calma? Envidio a Su Señoría, señor Azaña, por la muestra formidable de su temperamento frívolo”.
“Desde el 16 de febrero al 2 de abril se han producido los siguientes asaltos y destrozos; en centro políticos, 58; en establecimientos públicos y privados, 72; en domicilios particulares, 33; en iglesias, 36. Centros políticos incendiados, 12; establecimientos públicos y privados, 45; domicilios particulares, 15; iglesias, 106, de las cuales 56 quedaron completamente destrozadas; huelgas generales, 11; tiroteos, 39; agresiones, 65; atracos, 24; heridos, 345; muertos, 74...”
“Los efectos en el orden económico son desastrosos: el descenso en las cotizaciones bursátiles desde el 14 de febrero supone una merma de 1.936 millones de pesetas; la circulación fiduciaria en el mismo período ha subido 480 millones; la cotización de la peseta sigue en descenso; el turismo se retrae... Hay otro hecho, y es la bolchevización progresiva del partido socialista español. Si el Gobierno ha de vivir de la asistencia de esas fuerzas, no puede ser una garantía contra el comunismo, porque esos partidos quieren, lo ha dicho Largo Caballero, la conquista del Poder para el proletariado por todos los medios. En aquellos programas se propugna la socialización de la industria y la disolución del Ejército para ser reorganizado después de eliminar generales, jefes y oficiales. Las fuerzas proletarias españolas se disponen a dar un segundo paso revolucionario, que será la instauración del comunismo. [El presidente del Consejo de Ministros interrumpe a Calvo Sotelo: ‘La instauración del comunismo sería fatal para Su Señoría y para mí.] Su Señoría ha dicho una gran verdad, pero no se acomoda a ella. Y aunque sea fatal para Su Señoría y, desde luego, para mí, porque yo tengo el honor de figurar en las listas negras, lo más grave es que resultaría fatal para España; y yo, que no tengo derecho a preocuparme de la vida de Su Señoría ni de la mía, tengo la obligación de pensar en la de España...”

1 de mayo de 1936


El marxismo sale a la calles de España. En Madrid se puede ver en las manifestaciones de izquierdas grandes retratos de Lenin, Stalin, Largo Caballero... Las juventudes marxistas desfilaron uniformadas y en formación militar, destacando las consignas, que gritaban con entusiasmo los asistentes: “¡Rusia, sí, España, no! ¡Rusia, sí, España, no!...” Por su parte las mujeres, también con sus uniformes y a paso de marcha militar, gritaban a coro: “¡Hijos, sí, maridos, no!...”

En Barcelona, previniendo desórdenes, se suspendieron los actos. Días antes, el 28 de abril, fueron asesinados los hermanos Miguel y José Badía, por unos pistoleros de la FAI, por el hecho de que Miguel Badía había sido jefe de la policía de la Generalidad de Cataluña en los años 1933 y 1934, y en donde se distinguió por su lucha contra los anarcosindicalistas. Su hermano José, había desempeñado el cargo de secretario del Somatén catalán.

En Zaragoza, el 1º de mayo se inauguró un Congreso extraordinario de la CNT, en el que se acordó implantar por todos los medios el comunismo autoritario. Tras la llegada al poder, se establecería en cada localidad una Comuna libertaria que incautaría todos los bienes de producción y consumo.

3 de mayo de 1936


Las células comunistas hacen circular por Madrid el infame rumor de que las religiosas y las damas catequistas estaban repartiendo caramelos envenenados entre los niños de los obreros, para destruir de este modo la ‘simiente comunista’... El resultado fue el de varios templos asaltados y algunas monjas lesionadas.

10 de mayo de 1936


Manuel Azaña Díaz es electo Presidente. La votación fue de 754 votos a favor, 32 en contra y 88 papeletas en blanco, la mayor parte de éstas últimas, correspondía a la CEDA, que de esa forma quería evidenciar su protesta ante los graves sucesos que estaban ocurriendo en España, Al ser proclamado Azaña como Jefe de Estado, fue recibido con grandes aplausos y vivas a la República, mientras los marxistas enardecidos, daban sus gritos de vivas a Rusia y a la dictadura del proletariado, cantando a coro ‘La Internacional’. Al día siguiente Azaña prometió solemnemente el cargo en el Congreso, formando nuevo Gobierno, presidido por Santiago Casares Quiroga que a la vez  asumió el Ministerio de Guerra.

Tras las palabras del nuevo Presidente del Gobierno, intervino en nombre de la minoría, Gil Robles, el cual mostró su preocupación para que el Gobierno evitase la violenta revolución izquierdista que se avecinaba.

Acto seguido tomó la palabra Calvo Sotelo:
“Señor Casares Quiroga: Su Señoría creo ha formulado en la tarde de hoy un concepto que jamás había expresado desde el banco azul. Su Señoría ha dicho que frente al fascismo el Gobierno es beligerante. Yo me he aterrado un poco al oír la frialdad con que lo decía y el calor con que los señores diputados que acompañan al señor Presidente del Consejo acogían tal afirmación de que el Gobierno se siente beligerante frente a un grupo de ciudadanos españoles. El Gobierno nunca puede ser beligerante, señor Casares Quiroga; el Gobierno debe aplicar la ley inexorablemente, y a todos. Pero el Gobierno no puede convertirse en enemigo del hombre, cualquiera que sea la situación en que éstos se coloquen, porque para castigar la delincuencia, para eso existen las leyes y el Poder Judicial, que es el encargado de aplicarlas y de sancionar a los que la infligen”.
La sesión terminó con un escándalo fenomenal, destacando en sus intervenciones los diputados comunistas José Díaz Ramos y Dolores Ibárruri, que se mofaron de Gil Robles e incluso fue objeto de amenazas. Después de los discursos, se votó la confianza al Gobierno con 196 votos a favor y 96 en contra.

En un discurso pronunciado en Cádiz, Largo Caballero confirmaba lo que de él sospechaba José Calvo Sotelo: “... Debemos apresurar la formación del ejército revolucionario para que cuando llegue otro octubre nos encuentre preparados... El momento que vive España es el más adecuado para poner en pie de guerra el ejército revolucionario...”

Sesión parlamentaria del 16 de junio de 1936


El 16 de junio de 1936, José Calvo Sotelo participó en una de las sesiones parlamentarias más dramáticas de toda la historia de España, y en la que tuvo lugar un violento incidente con el presidente del Gobierno, Casares Quiroga, siendo objeto de insultos y amenazas por parte de diputados izquierdistas.
“El Frente Popular y el Gobierno que emergió de su seno, con representación política mayoritaria, desde el momento en que la CNT no coincide en su actitud política y sindical con la política que el Frente Popular dirige, es sólo una personificación minoritaria de la opinión española”. “El Gobierno, nacido ayer, no tiene por eso pasado; sin embargo, tampoco tiene futuro”.
“El Parlamento está roído por el gusano de la mixtificación. España no es esto. Ni esto es España. Aquí hay diputados republicanos elegidos con votos marxistas; diputados marxistas partidarios de la dictadura del proletariado, y apóstoles del comunismo libertario; y ahí y allí hay diputados con votos de gentes pertenecientes a la pequeña burguesía y a las profesiones liberales, que a estas horas están arrepentidas de haberse equivocado el16 de febrero al dar sus votos al camino de perdición por donde nos lleva a todos el Frente Popular”.
“El marxismo constituye hoy en España -en muchos puntos del extranjero también- la predisposición de las masas proletarias para conquistar el Poder, sea como fuere”. “La ley de la turbamulta es la ley de la minoría disfrazada con el ademán soez y vociferante, y eso es lo que está imperando ahora en España; toda la vida española en estas últimas semanas es un pugilato constante entre la horda y el individuo, entre la cantidad y la calidad, entre la apetencia material y los resortes espirituales, entre la avalancha brutal del núcleo y el impulso selecto de la personificación jerárquica, sea cual fuere la virtud, la herencia, la propiedad, el trabajo, el mando, lo que fuere; la horda contra el individuo. Y la horda triunfa porque el Gobierno no puede rebelarse contra ella o no quiere rebelarse contra ella, y la horda no hace nunca la historia, señor Casares Quiroga; la historia es obra del individuo. La horda destruye o interrumpe la Historia y Sus Señorías ni pueden imprimir en España un sello autoritario. Y el más lamentable de los choques (sin aludir ahora al habido entre la turba y el principio espiritual religioso) se ha producido entre la turba y el principio de autoridad, cuya más augusta encarnación es el Ejército”.
“Cuando se habla por ahí del peligro de militares monarquizantes, yo sonrío un poco, porque no creo -y no me negaréis una cierta autoridad moral para formular este aspecto- que exista actualmente en el ejército español, cualesquiera que sean las ideas políticas individuales, que la Constitución respeta, un solo militar dispuesto a rebelarse a favor de la Monarquía y en contra de la República. Si lo hubiera sería un loco, lo digo con toda claridad, aunque considero que también sería loco el militar que al frente de su destino no estuviera dispuesto a sublevarse en favor de España y en contra de la anarquía, si ésta se produjera. [Casares Quiroga: ‘No haga Su Señoría invitaciones que fuera de aquí pueden ser mal traducidas’.] La traducción es libre, señor presidente; la intención es sana y patriótica, y de eso es de lo único que yo respondo... Quiero decir al señor presidente del Consejo de Ministros que puesto que existe la censura, que puesto que Su Señoría defiende y utiliza los plenos poderes que supone el estado de alarma, es menester que Su Señoría transmita a la censura instrucciones inspiradas en el respeto debido a los prestigios militares. Hay casos bochornosos de desigualdad que probablemente desconoce Su Señoría. Porque, ¿es lícito insultar a la Guardia Civil -y aquí tengo un artículo de ‘Euzkadi Rojo’ en que dice que la Guardia Civil asesina a las masas y que es homicida- y, sin embargo, no consentir la censura que se divulgue algún episodio, como el ocurrido en Palenciana, pueblo de la provincia de Córdoba, donde un guardia civil, separado de la pareja que acompañaba, es encerrado en la Casa del Pueblo y decapitado con una navaja cabritera? [Grandes protestas. Varios diputados gritan: ‘Es falso’. ‘Es falso’.] ¿Qué no es cierto que el guardia civil fue internado en la Casa del Pueblo y decapitado? El que niegue eso es... [Calvo Sotelo pronuncia unas palabras que no constan en el ‘Diario de Sesiones’ pororden del presidente del Congreso y que dan lugar a grandes protestas e increpaciones. El presidente de las Cortes: ‘Señor Calvo Sotelo, retire Su Señoría inmediatamente esas palabras’.] Estaba diciendo, señor presidente, que a un guardia civil, en un pueblo de la provincia de Córdoba, en Palenciana, me parece, no lo recuerdo bien, se le había secuestrado en la Casa del Pueblo. [Varios diputados gritan: ‘Es falso’. ‘Es falso’.]  y con una navaja cabritera se le ha decapitado, cosa que por cierto acabo de leer en ‘Le Temps’, de París, y que ha circulado por toda España. [El presidente de las Cortes: ‘Su Señoría ha pronunciado más tarde unas palabras que yo le ruego retire’.] Y al afirmar esto se me ha dicho: eso es una canallada; entonces yo,..
Calvo Sotelo, más adelante señalaba: “...Para que el Consejo de Ministros elabore esos propósitos de mantenimiento del orden han sido precisos doscientos cincuenta o trescientos cadáveres, mil o dos mil heridos y centenares de huelgas. Por todas partes desórdenes, pillaje, saqueos, destrucción. Pues bien; a mí me toca decir que España no os cree. Esos propósitos podrán ser sinceros, pero os falta fuerza moral para convertirlos en hechos...” [En la Cámara, desde los bancos izquierdistas, se escucha: “¡Nos está provocando!]
Prosigue Calvo Sotelo: “...El señor Largo  Caballero ha dicho en Oviedo que ellos van a la revolución social y que el Frente Popular sólo es admisible en cuanto sirva a la revolución de octubre. Si es cierto, sobran notas, discursos, planes y propósitos: En España no puede haber más que una cosa: anarquía”.

Casares Quiroga amenaza a Calvo Sotelo

“...Yo no voy a descender al terreno a que suavemente quería llevarme el señor Calvo Sotelo, terreno de polémica personal, personalísima, al cual me está vedado acudir porque yo no puedo olvidar que aquí soy el presidente del Consejo. Ocasiones ha tenido en la vida el señor Calvo Sotelo para encontrar a Santiago Casares. Hoy no encontrará aquí más que al jefe del Gobierno... Que el ministro de la Guerra ha tomado determinadas medidas porque se las ha impuesto el Frente Popular de tal sitio o la comisión de tal otro, exigiéndole hasta plazo y tope de fecha... ¡Aceptar yo ni como particular ni como ciudadano que se viniera a injerir nadie en las funciones de un Ministerio tan delicado como el que represento, porque se me pusiera una condición, o un tope, o una fecha por parte de los elementos políticos que fuere, aunque fueran los más afines! Se ninguna manera, señor Calvo Sotelo. Y por eso, contestando a lo que Su Señoría decía cuando afirmaba que tal traslado se había hecho por imposición y tal otro se había ordenado incluso marcándoseme  el número de horas en que se había de realizar, digo a Su Señoría que eso es absolutamente inexacto. Yo no quiero incidir en la falta que cometía Su Señoría, pero sí me es lícito decir que después de lo que ha hecho Su Señoría hoy ante el Parlamento, de cualquier caso que pudiera ocurrir, que no ocurrirá, haré responsable ante el país a Su Señoría”.

Contestación de Calvo Sotelo a Casares Quiroga

         “...En estos instantes, en España se desata una furia antimilitarista, que tiene su arranque y orígenes en Rusia y que tiende a minar el prestigio y la eficiencia del Ejército español... Nada de adulaciones al Ejército; la defensa del Ejército ante la embestida que se le hace y se le dirige en nombre de una civilización contraria a la nuestra y de otro Ejército, el rojo, es en mí obligada. De eso hablaba el señor Largo Caballero en el mitin de Oviedo, y por las calles de Oviedo, a las veinticuatro o a las cuarenta y ocho horas de la circular de Su Señoría, que prohíbe ciertos desfiles y ciertas exhibiciones, han pasado tranquilamente uniformados y militarizados, cinco, seis, ocho o diez mil jóvenes milicianos rojos, que al pasar ante los cuarteles no hacían el saludo fascista, que a Su Señoría le parece tan vitando, pero sí hacían el saludo comunista, con el puño en alto y gritaban: ¡Viva el Ejército Rojo!... Yo tengo, señor Casares Quiroga, anchas espaldas. Su Señoría es hombre fácil y pronto para el gesto de reto y para las palabras de amenaza. Le he oído tres o cuatro discursos en mi vida, los tres o cuatro desde ese banco azul, y en estos ha habido siempre la nota amenazadora. Bien, señor Casares Quiroga. Me doy por notificado de la amenaza de Su Señoría. Me ha convertido Su Señoría en sujeto, y por tanto no sólo activo, sino pasivo, de las responsabilidades que puedan nacer de no sé que hechos. Bien, señor Casares Quiroga. Lo repito, mis espaldas son anchas; yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi Patria [Exclamaciones] y para gloria de España, las acepto también. ¡Pues no faltaba más! Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: “Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis”. Y es preferible morir con gloria que vivir con vilipendio. [Rumores.] Pero a mi vez invito al señor Casares Quiroga a que mida sus responsabilidades estrechamente, si no ante Dios, puesto que es laico, ante su conciencia, puesto que es hombre de honor; estrechamente, día a día, hora a hora, por lo que hace, por lo que dice, por lo que calla. Piense que en sus manos están los destinos de España, y yo pido a Dios que no sean trágicos. Mida Su Señoría sus responsabilidades, repase la historia de los veinticuatro últimos años y verá el resplandor doloroso y sangriento que acompaña a dos figuras que han tenido participación primerísima en la tragedia de dos pueblos: Rusia y Hungría, que fueron Kerensky y Karoly. Kerensky fue la inconsciencia: Karoly, la traición a toda una civilización milenaria. Su Señoría no será Kerensky, porque no es inconsciente, tiene plena conciencia de lo que dice, de lo que calla y de lo que piensa. Quiera Dios que Su Señoría no pueda equipararse jamás a Karoly.”

“El Sol”. El teniente Castillo murió tiroteado en la calle


Con fecha 13 de julio de 1936, el diario “El Sol” daba la noticia del asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo Sáenz de Heredia.
         “A las diez y cinco, en la calle de Augusto Figueroa, donde vivía el teniente de asalto don José Castillo, perteneciente al segundo grupo, que tiene su alojamiento en el cuartel de Pontejos, esperaba un grupo, al parecer de cuatro individuos. A esa hora el Sr. Castillo salió de su domicilio para tomar el servicio, que empezaba a prestar a las diez. Un testigo ha declarado que pudo escuchar cómo uno de los cuatro individuos dijo: «Ése, ése es», señalando al teniente Castillo. Al acabar de oír esto, cayó al suelo, a efectos de un fuerte empujón, y simultáneamente sonaron varios disparos. Se repuso rápidamente este testigo a tiempo de recibir al Sr. Castillo al desplomarse. Ayudado por otro vecino de la misma calle, trasladó al señor Castillo a un automóvil y se dirigieron al Equipo Quirúrgico. El teniente falleció en el camino. El cuerpo del teniente Castillo presentaba una herida de arma de fuego con orificio de entrada por la cara posterior del brazo izquierdo. Y otra, también de arma de fuego, con entrada por el quinto espacio intercostal y sin orificio de salida, mortal de necesidad. Durante la tarde, la aglomeración de gente, compuesta en su mayoría por clase obrera, que acudía a la Dirección de Seguridad para desfilar ante el cadáver del teniente Castillo, era enorme. Estacionada frente al edificio de la Dirección, había a las seis de la tarde, unas cuatro mil personas.”

Breve biografía de José del Castillo


El teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo Sáenz de Heredia, nació en la provincia de Jaén en el año 1901. Pariente lejano por línea materna de José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia. Encarcelado con motivo de los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, fue puesto en libertad a finales del año siguiente, ingresando poco después en la Guardia de Asalto y siendo destinado al cuartel de Pontejos de Madrid, anejo a la Dirección General de Seguridad. Fiel republicano y estrechamente ligado al Partido Socialista y posiblemente, también a las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas). Fue asesinado en Madrid, en las proximidades de su casa, el 12 de julio de 1936. Los camaradas del teniente muerto, indignados, exigieron a las autoridades una lista de sospechosos a los que detener. Entre los que clamaban venganza estaba el capitán de la Guardia Civil, Fernando Condes Romero, natural de Lavadores (Pontevedra), íntimo amigo de Castillo. Alguien sugirió que fueran a la casa del líder de la CEDA, José María Gil Robles, pero éste se encontraba ausente de vacaciones en Francia, por lo que finalmente se decidió ir al domicilio del diputado conservador José Calvo Sotelo.

“El Sol”. El asesinato de Calvo Sotelo


En la edición del 14 de julio de 1936, el periódico “El Sol” narraba el asesinato de José Calvo Sotelo.
A las de la tarde de anteayer, el Sr. Calvo Sotelo regresó de Galapagar, y al llegar a su domicilio, calle de Velásquez, 89, dijo a los policías que le seguían en el coche de escolta que podía retirarse, ya que no pensaba salir hasta las doce del día de ayer. La escolta se retiró, si bien, como de costumbre, dio cuenta a la Comisaría, que tiene establecida una pareja de Seguridad de servicio a la puerta de los políticos que tienen esta clase de vigilancia. Alrededor de las tres de la madrugada llegó a la puerta del domicilio del Sr. Calvo Sotelo la camioneta. También aseguran algunos que detrás de la camioneta paró un automóvil. Los ocupantes de la camioneta se hicieron abrir la puerta. Al llegar al piso donde vivía el Sr. Calvo Sotelo llamaron y cuando salió a abrir una sirvienta, dijeron que traían orden de detención del Sr. Calvo Sotelo. Las frases despertaron al señor Calvo Sotelo y a su familia. Salió el diputado al recibimiento para averiguar de qué se trataba. Le repitieron lo de la orden de detención. Parece que entonces el señor Calvo Sotelo quiso telefonear a la Dirección de Seguridad. Algo debió de extrañar esta conducta al Sr. Calvo Sotelo, ya que exigió que se identificaran. Después de abandonar el señor Calvo Sotelo su domicilio, y como transcurriera algún tiempo sin noticias suyas, sus familiares se decidieron llamar a la Dirección de Seguridad para saber si continuaba allí detenido. Como se les manifestara que no tenían conocimiento de tal orden de detención, rogaron a la pareja de Seguridad que estaba de servicio en la puerta que comunicaran con la Dirección. La Policía comenzó a practicar pesquisas y encontró a primera hora de la mañana la camioneta. Poco después de las dos de la tarde se supo que estaba en el depósito del cementerio del Este el cadáver del Sr, Calvo Sotelo. Allí marcharon los periodistas, y pudieron averiguar que a las cuatro menos cuarto de la madrugada se había presentado en el cementerio una camioneta. Al guarda nocturno de la Necrópolis le manifestaron que llevaban un cadáver para dejarlo en el depósito. Penetraron con la camioneta hasta la puerta de dicha dependencia, donde echaron pie a tierra, y vio el guarda que de entre los asientos bajaban un cadáver, que depositaron sobre una de las mesas del depósito. El comisario Sr. Aparicio procedió a tomar declaración al personal de oficina entrante, y al inquirir por qué no habían exigido las formalidades obligadas en estos casos, se limitaron a contestar que como les merecieron crédito y respeto los que llevaban el cadáver, que afirmaron ser de un sereno muerto en atentado, y que posteriormente enviarían la documentación, no pusieron dificultades. En una de las mesas yacía el cuerpo de D. José Calvo Sotelo. Estaba vestido con un traje gris claro. Llevaba zapatos marrón, calcetines grises, y el sombrero, que se hallaba al lado de la mesa, era también de color gris claro. Tenía toda la cara manchada de sangre, lo mismo que la ropa. Se apreciaban en el cadáver, a primera vista, una herida de bala en el ojo derecho, con otro orificio en la región occipital; el segundo, de más reducido tamaño. También se advertía otra herida de bala en el pecho, a la altura del corazón”.
CalvoSotelo1

El asesinato de Calvo Sotelo: “¡Esto es la guerra!”


Al conocerse la noticia, estalló una exclamación general: “¡Esto es la guerra!”. Y así, el director de ‘El Socialista’ y luego ministro de la Gobernación bajo la presidencia de Juan Negrín López (18/5/1937), Julián Zugazagoitia, al enterarse de la noticia del líder de las derechas, dijo: “¡Ese atentado es la guerra!”.

Julián Zugazagoitia informó de este terrible asesinato a Indalecio Prieto Tura, que estaba pasando el fin de semana en Pedernales, al pie del cabo Machichaco. Prieto exclamó: “Julián, ese atentado es la guerra”. “Ya lo sé, le respondió el director de ‘El Socialista’, y por eso le pido que se venga a Madrid inmediatamente. Aquí va a hacer falta”.

El presidente de la República, Manuel Azaña Díaz, cuando le comunicaron la muerte de Calvo Sotelo, también manifestó: “¡Esto es la guerra!” Según su cuñado Rivas Cherif, Azaña quedó tocado para el resto de su vida. Según narra Julio Merino en su importante libro “El otro Franco”. Ediciones Espejo de Tinta. Madrid 2005, [...] No hay que olvidar que don Manuel Azaña... era cobarde por naturaleza (como lo demostró cuando fue detenido el Comité Revolucionario en 1931 permaneciendo escondido a cal y canto durante meses mientras sus compañeros iban a la cárcel y luego en 1934, cuando la sublevación de Companys en Barcelona... y durante los tres años de la Guerra Civil). A este respecto, Indalecio Prieto cuenta en sus “Memorias” que la noche del 18 de julio tenía tal miedo que sólo preguntaba: “¿Y ahora qué hacemos, qué hacemos?”, y cuando el vasco le dijo “¿Ahora?, ahora esperar que entre por esa ventana un obús de las tropas que ya vienen a por nosotros”. Azaña se puso pálido y casi se mete debajo de la mesa...”.

El 13 de julio de 1936, el Gobierno clausuró los centros monárquicos, carlistas y anarquistas. Esa misma noche, Indalecio Prieto presidió una delegación de comunistas y socialistas para pedir al Gobierno que repartiese armas a las organizaciones obreras.

El día 14, Prieto escribía en “El Liberal”: “La trágica muerte del Sr. Calvo Sotelo servirá para provocar el alzamiento... Será una batalla a muerte, porque cada uno de los bandos sabe que el adversario, si triunfa, no le dará cuartel”.

Tras estos hechos pudo haber estado Prieto. El asesino, Luis Cuenca Estevas, pertenecía a su guardia personal. Al mando de la camioneta ‘Hispano-Suiza’ número 17, iba el capitán de la Guardia Civil Fernando Condés Romero, ‘prietista’ incondicional. La lista de los que ocuparon la camioneta, además de esos dos individuos, es la siguiente: Orencio Bayo Cambronero: Guardia de Asalto destinado al Parque Móvil. Conductor de la camioneta número 17. Federico Coello: Médico afiliado a la Juventud Socialista de Madrid y a la FUE. Acostumbraba a dar escolta a Prieto. Francisco Ordóñez: Amigo de Coello, pertenecía a la junta directiva de la FUE. Santiago Garcés Arroyo. Escolta de Prieto, al que solía seguir en automóvil. José del Rey Hernández: Miembro de las Juventudes Socialistas. Ingresó en la Guardia de Asalto en 1932. Participó en los preparativos para la revolución de octubre de 1934. Tomás Pérez: Cabo de Asalto del cuartel de Pontejos. Aniceto Castro: Guardia de Asalto del cuartel de Pontejos al igual que Antonio San Miguel Fernández, Bienvenido Pérez Rojo y Ricardo Cruz Cousillos.

Indalecio Prieto en vez de denunciar a Condés, lo escondió. Muy sospechoso fue el robo a mano armada del sumario, realizado el 25 de julio de 1938, por milicianos socialistas. En enero de 1937, hubo una amnistía de los delitos anteriores al 15 de julio del 36.

El 16 de julio de 1936, Francisco Largo Caballero escribía en su periódico ¿Claridad’: “La lógica histórica aconseja soluciones más drásticas. Si el estado de alarma no puede someter a las derechas, venga, cuanto antes, la dictadura del Frente Popular. Dictadura por dictadura, la de izquierdas. ¿No quiere el Gobierno? Pues sustitúyale por un Gobierno dictatorial de izquierdas... ¿No quiere la paz civil? Pues sea la guerra civil a fondo. Todo menos el retorno de las derechas.”

Reacción de Franco


El 23 de junio de 1936, Franco escribió una carta modelo al ministro de la Guerra, don Santiago Casares Quiroga, que también era el jefe del Gobierno, con el deseo íntimo de evitar la tragedia de la Guerra Civil. Hasta última hora el General Franco confió en un milagro. Una carta que sería histórica, aunque no tuvo respuesta...

En la tarde-noche del 13 de julio de 1936, Franco aún impresionado por el asesinato de Calvo Sotelo, comenta con sus más próximos colaboradores, su primo y ayudante Franco Salgado-Araujo, el coronel González Peral y el comandante jurídico Martínez Fuste, lo que en numerosas ocasiones había expuesto durante los años de la República.

Al Ejército no le es lícito sublevarse contra un Partido ni contra una Constitución porque no le guste; pero tiene el deber de levantarse en armas para defender a la Patria cuando está en peligro de muerte
Eduardo Palomar Baró

lunes, 14 de julio de 2014

MOISÉS DOMÍNGUEZ NÚÑEZ: Jay Allen, el "Gran Houdini" del periodismo de guerra

A mi padre, el comandante de artillería, José Antonio Domínguez Castañeda, al que quiero con toda mi alma
Jay Allen
Jay Allen

Después de tantísimos libros y artículos escritos sobre la Guerra Civil en Badajoz y en particular sobre los periodistas y camarógrafos que cubrieron con su pluma o su cámara fotográfica la toma de Badajoz, parecería una temeridad que un intruso en la ciencia histórica, como es el que suscribe, pudiera poner en jaque algunos de los teoremas que hasta la fecha se han dado como verdades irrefutables.

Pero es que no todo estaba escrito sobre “la madre de todas las masacres de la Guerra Civil” y la participación activa y beligerante del, para algunos “periodista mejor informado sobre la Guerra Civil en ambos bandos”[1], que no es otro que el norteamericano Jay Allen.

Como el mago “Gran Houdini”, Allen era capaz de escaparse de toda situación embarazosa y de realizar los más elaborados trucos de magia periodística con su don para la bilocación. Así el 23 de Agosto de 1936, gracias a su fantástica imaginación, pudo estar a la vez en Lisboa, Elvas, Tánger, Gibraltar y Badajoz. El historiador portugués Cesar Oliveira es de mi misma opinión: “un enviado especial del jornal ingles News Chronicle que envió desde Rabat un extenso reportaje que, FANTASEANDO, uno u otro aspecto, daba a conocer el apoyo portugués al general Franco”[2].

El torrente de información sobre el periodista Jay Allen parece que no tuviera fin. Desde que escribiera sobre los periodistas que entraron en Badajoz en aquel caluroso verano de 1936 he seguido encontrando datos nuevos e información que enriquecen lo que ya conocíamos sobre las peripecias de este corresponsal norteamericano durante la Guerra Civil Española.

Por lo tanto, había que ordenar todo este magma documental que, como veremos, da un vuelco a lo que sabíamos sobre Jay Allen y Badajoz en Agosto de 1936.

¿Cuándo viaja Allen a Lisboa? ¿Estuvo Jay Allen en Elvas? ¿Cuándo se entrevistó con el embajador Claudio Sánchez Albornoz? ¿Cuándo y dónde estuvo en Tánger? ¿Quién sacó realmente el reportaje sobre Badajoz escrito en Tánger?...

Éstas y otras preguntas, como datos inéditos, quedarán aclaradas y se mostrarán por primera vez para el lector que, como dijo David Copperfield tenga la paciencia de leer “hasta el final, la historia de su propia vida”, en este caso de este trabajo.

En el apartado de agradecimientos debo reconocer a los señores Paul Preston y Fernando García Mongay las aclaraciones que me hicieron con respecto a Jay Allen.

Por último, hace ahora año y medio se cruzó en mi camino una de aquellas personas que en cualquier otro país hubiera sido reconocida, premiada y admirada por su sapiencia y conocimientos sobre el mundo de la Historia. Una persona autodidacta y erudita con el que he andado el camino para desenterrar y aclarar que es lo que hizo o dejo de hacer Jay Allen en aquella España en llamas. Sin él simple y llanamente este trabajo sería impensable y como no quiere que aparezca su nombre en este estudio al menos debo dejar escrito, negro sobre blanco, que mí de gratitud hacia él es eterna. Gracias compañero por lo que he aprendido a tu lado.
Cronología elaborada por Jay Allen con los días de agosto en blanco y la referencia a Badajoz
Cronología elaborada por Jay Allen con los días de agosto en blanco y la referencia a Badajoz

Un proyecto inacabado


Este nuevo capítulo que abrimos sobre Jay Allen empezó cuando localicé en el departamento de Historia de la Universidad de New-York un borrador de un libro que Jay Allen estaba escribiendo con la periodista, escritora e historiadora Bárbara Tuchman y que iba a ser titulado: “Chronology of the Spanish Civil War”.

Era un boceto de libro, escrito en 1939, con altas pretensiones pues pretendía abarcar hora por hora y día por día, la guerra civil española. Como he dicho, Jay Allen en unión de Bárbara, empezaron a redactar –y nunca acabaron- un libro que contenía una cronología de la guerra civil.

Con respecto a los días de Agosto de 1936, el manuscrito contiene información de los acontecimientos día a día, excepto el 20, 21 y 22 del mismo mes que están en blanco.
Hay un significativo, “BADAJOZ” escrito a mano por Jay Allen, en el hueco que corresponde al día 21 de Agosto de 1936.

Evidentemente, la idea de Jay Allen era rellenar ese hueco pero no lo hizo. Casi nunca acababa nada de lo que empezaba.

Este descubrimiento hizo que me replanteara todas las hipótesis sobre el viaje de Jay Allen a Portugal en el verano de 1936.

Sabemos que el famoso artículo sobre Badajoz fue fechado el 25 de Agosto de 1936 y publicado en el Chicago Tribune el 30 de Agosto. En nuestros trabajos anteriores como el que podemos ver en este enlace y en especial en el libro que tuve el honor de firmar con mis amigos Francisco Pilo y Fernando de la Iglesia (La Matanza de Badajoz ante los Muros de la Propaganda, Madrid: Libros Libres, 2010), y en el que dedicamos un capitulo a Jay Allen, podemos ver que el reportero norteamericano estuvo en Tánger y Gibraltar los días 22, 23 y 24 de Agosto de 1936, enviando diversas crónicas al Chicago Tribune los días 22 y 23 de Agosto desde Tánger y Gibraltar y una al News Chronicle desde Rabat el 24 de Agosto de 1936, expresando que había volado el Jueves (20/08/1936) a Lisboa en la Línea que hacia la Aero-Portuguesa. Todo ello hacía físicamente imposible que estuviera en Elvas el día 25 de Agosto de 1936 salvo que tuviera el don de la ubicuidad, pues regresó a Tánger la tarde del 22 de Agosto de 1936.

Como soy un inconformista redomado y aunque habíamos demostrado que Jay Allen no estuvo en Badajoz los días de autos (23, 24 y 25 de Agosto de 1936) lo más sencillo era haber cerrado la puerta a cualquier otra investigación al respecto pero seguí investigando, buscando y rebuscando y dado que Jay Allen era amigo de confundir al personal me hice la siguiente pregunta ¿Es posible que también mintiera con respecto a la fecha en la que redacto y envió el artículo? La respuesta es un SÍ rotundo ¿Porque lo hizo? Es una respuesta fácil de responder. De haber fechado la crónica el día en que supuestamente estuvo en Elvas (20/08/1936) no podía añadir otras noticias posteriores a su viaje a Portugal (20, 21 y 22 de Agosto) y que enriquecían de forma exponencial la propaganda con la que estaba ayudando al Frente Popular.

La idea de Jay Allen era demostrar al mundo lo buenos que eran los de su bando y lo atroces y malos que eran los rebeldes. Una visión simplista pero efectiva en la Guerra de la propaganda que desde inicio del conflicto tuvo un impacto social incuestionable. Al fin y al cabo ese era el objetivo de Jay Allen cuando escribió su artículo “Matanza de 4000 personas en Badajoz, ciudad de los horrores”.
Proseguimos, aprovechó el contratiempo de que esta crónica se había perdido en el trayecto de su hotel a la oficina de correos y cables de Tánger, para cambiar la fecha de su virtual viaje. Sólo tenía que encajar las informaciones que ya adelantó el día 23 de Agosto desde Tánger (entrega de refugiados, fusilamiento de Nicolás de Pablos y Sinforiano Madroñero, y los 4.000 muertos) y añadir otras por ejemplo la toma de Barcarrota que bien pudo oír con las dos radios que siempre le acompañaban.

Jay Allen, además escribió un manuscrito por supuesto inacabado, a modo de diario, sobre su experiencia durante la Guerra Civil. En mi investigación y después de contactar con el periodista Fernando García Mongay y el Historiador Paul Preston me confirmaron que ese valioso y preciado material está en posesión de la familia de Jay Allen, en concreto de su nieta Sarah Allen Wilson. Retazos de ese diario han sido publicados por el Señor García Mongay que podemos ver bajo el título "Telegrama desde Tánger” en este enlace.

La primera referencia a este famoso manuscrito nos las encontramos en la carta mecanografiada de Jay Allen al Embajador George Strausser Messersmith en Enero de 1939. Era una carta que trataba sobre el Marques Alfonso Merry del Val, en la que el Embajador en Cuba Messersmith expresa “has finished job on "bullring massacre" at Badajoz in August 1936 which he had covered”. Así mismo Herbert R.Southworth en su libro El Mito de la Cruzada de Franco nos relata: “Tengo ante mis ojos un estudio manuscrito de 79 páginas sobre las matanzas de Badajoz escrito por Jay Allen… El manuscrito de Allen aunque no se haya publicado todavía, ha tenido sin embargo una amplia circulación. Allen ha presentado estos argumentos en muchas conferencias”. Por último, Mario Neves en su libro La Chacina de Badajoz, en la página 67 expresa que Gerald Brenan tuvo en sus manos un manuscrito de Jay Allen de 72 páginas sobre la matanza de Badajoz. Efectivamente Gerald Brenan, que trabajaba bajo el pseudónimo de Gerald Beaton, mandó al periódico inglés The Guardian, el 27 de Enero del 39. Un reportaje que es una mera justificación del trabajo que hizo su amigo Jay Allen sobre la Matanza de Badajoz, basado única y exclusivamente en los periódicos portugueses.

Quizás algún día tengamos la fortuna de ver publicado dicho manuscrito que aclararía muchas de las cuestiones que aún quedan pendientes de conocer sobre la forma de trabajar de este reportero de guerra.
Listado de huéspedes en el Hotel Minzah (21-agosto-1936)
Listado de huéspedes en el Hotel Minzah (21-agosto-1936)

La verdadera crónica de los hechos. Tocata: Tanger

 

Dado que, más o menos, ha quedado claro donde se metió Jay Allen desde el 17 de Julio de 1936 al 18 de Agosto de 1936 y que ello supondría hacer una cronología de los hechos que desborda los límites de este trabajo, fijaremos como punto de partida el día 19 de Agosto de 1936.


El 19 de Agosto de 1936, Jay Allen viaja desde Gibraltar a Tánger en compañía de su colega Robert Neville corresponsal del New York Herald Tribune. Este segundo periodista, hasta ahora figura desconocido para la historiografía que ha tocado el tema, será una de las claves para aclarar que pasó y le pasó a Jay Allen.Ambos se alojaron en el lujoso Hotel Minzah. Dispongo de un listado de huéspedes de dicho hotel que obtuve después de localizar un artículo en la New York Public Library publicado en el Tangier Gazette que era un semanario que salía publicado los viernes en Tánger y recogía las noticias de la semana. El valor histórico de dicho documento es incalculable pues demuestra de forma palmaria que durante los días del 21 al 28 de Agosto de 1936 Jay Allen estuvo residiendo en Tánger. Junto a Allen y Neville aparecen en ese listado el Sr. Mark Hawker dueño del Hotel de Torremolinos donde se alojó Jay Allen y del coche en el que viajaba Jay Allen cuando fue tiroteado por escopeteros frentepopulistas en La Línea de la Concepción -por supuesto, por accidente- el 19 de Julio de 1936 y un dato aún más relevante, la presencia en dicho hotel de la Señora Merry del Val, que justificaría por si solo la “especial relación” entre el Marques Alfonso Merry del Val y Jay Allen.

Prosiguiendo con el relato, la relación de Jay Allen y Robert Neville en Tánger y Gibraltar fue simbiótica a tal extremo que si leyéramos algunos de los artículos escritos por Robert Neville los confundiríamos con los de Jay Allen. La crónica de Jay Allen sobre los acontecimientos de Granada está basada, cien por cien, en la crónica de Robert Neville, publicada entre otros periódicos en el Servant India (22 de Octubre de 1936). También la crónica de Jay Allen sobre los problemas de la visa en Tánger, coincide en el tema y parte del contenido con la de Robert Neville del 21 de Agosto.
Como veremos más adelante, Jay Allen se valdrá de su colega para realizar un “servicio especial”.

La intención de ambos periodistas era viajar a Lisboa con el objetivo de reunir pruebas que demostraran el apoyo portugués y alemán al levantamiento militar en España. Quizás porque no pudo obtener la visa o por lo limitado de pasaje, Neville se queda en Tánger. Quien sí pudo volar a Lisboa fue Jay Allen. Su amiga Gamel Woolsey, compañera de Gerald Brenan, expresó en su trabajo The letters of Gamel Woolsey to Llewelyn Powys que Jay Allen voló a Portugal sin su pasaporte. Por lo que es posible que entrara a Portugal con un pasaporte con otro nombre que desde luego le facilitaría los movimientos por el territorio controlado por la PVDE. Hay que traer a colación este asunto pues Jay Allen estuvo bajo vigilancia por parte de las autoridades españolas e italianas de Tánger desde que escribiera el famoso artículo desfavorable al General Francisco Franco. Un estudio de dicho reportaje lo podemos ver en este enlace.
Jay Allen_21 de agosto de 1936
21 de agosto de 1936

Fantasía: Lisboa – Elvas – Lisboa


Así llegamos al día 20 de Agosto de 1936.

A primeras horas de la mañana, Jay Allen de desplaza 10 kilómetros al sur de Tánger para embarcar en el Fokker (matricula CS-AAM) con capacidad para seis pasajeros de la línea Aero-portuguesa. El trayecto semanal Tánger-Lisboa salía todos los Jueves de Tánger a las 8:30 horas y aterrizaba en el aeródromo de la Alverca a las 11:30 horas. Regresaba los Sábados, partiendo de Lisboa a las 13:00 horas y llegando a Tánger a las 16:00 horas” (Revista Flight de 17/12/1936).

Como expresó, Allen vuela a Lisboa con dos cosas en mente: “Tratar de echar un vistazo en Badajoz y comprobar los rumores sobre la neutralidad portuguesa”. El avión sobrevoló el golfo de Cádiz y se adentró por el sur en tierras portuguesas. Como estaba previsto aterrizó en el aeródromo de la Alverca sobre las 11.30 horas de la mañana del día 20 de Agosto.

Es a partir de este momento en el que vamos a intentar ordenar lo sucedido de una forma coherente separando el grano de la paja.

Después de aterrizar en aeródromo de la Alverca, Jay Allen debió registrarse en un hotel del barrio de La Baixa en Lisboa. Después de comer y asearse salió de su hotel a eso de las cuatro de la tarde según él “del día 23 de Agosto”- obviemos esta dato que es erróneo, es decir, las fechas que pone en sus crónicas, no son reales, por lo que debemos situar lo ocurrido en el día correcto: 20 de Agosto de 1936 - subió a un taxi en la Plaza de Rossio, oficialmente llamada Don Pedro IV, y fue en busca de un amigo e informante portugués. Expresó al taxista su deseo de ir a Elvas. Evidentemente, Jay Allen antes de partir de Tánger comunicó con sus informantes portugueses, algunos relacionados con la Komitern, su deseo de ir a la frontera luso-española en Elvas. Sin esa ayuda y cobertura Jay no hubiera salido de Tánger.

En cuanto a quien pudiera ser ese informante, el 27 de Septiembre de 1936, en el Brooklyn NY Daily Eage, aparece un relato de un tal Herbert Cohn, no sé si ese es su nombre real o un simple pseudónimo, donde la escena se desarrolla en un pequeño pueblo de la frontera portuguesa cercano a Badajoz....con los últimos rayos de un tardío agosto, se relata una conversación entre un "americano" alto, delgado y ligero y un abogado portugués, en un pequeño hotel de esa misma localidad, el relato "ficticio o real" se desarrolló al mismo tiempo que resuena el fragor de una batalla próxima (sic). Toda la conversación gira en torno a la falsa neutralidad portuguesa, el próximo estallido de un motín en la marina portuguesa y la situación de los desgraciados refugiados españoles.

En el libro El laberinto español, Gerald Brenan, cuenta su estancia en Lisboa, entre otras cosas se entrevista con un traficante de armas, amigo y contacto de Jay Allen en Lisboa. Es decir, ese abogado de origen judío y traficante de armas es sin duda el informante con el que viaja Jay Allen a Elvas. Este dato es muy relevante pues nos indica el grado de implicación de Allen con la “resistencia” portuguesa para derrocar al régimen salazarista. Al fin y al cabo, contactar con el Frente Popular portugués era uno de los motivos que movió a Jay a viajar a Lisboa.

Prosiguiendo con el relato. Una vez que cruzaron el rio Tajo, en el ferry, les esperaba un largo camino de más de cuatro horas. Unos 210 kilómetros separan la capital de Portugal de Elvas. Según Jay Allen “una ciudad y fortaleza portuguesa en la frontera, a 12 millas de Badajoz”.

El mismo Allen nos relata: “Recorrimos un atractivo paisaje campestre de colinas, alcornoques, campesinos canosos y mujeres con sombrerito hongo”. En el reportaje del día 24 de agosto, publicada el día 25 en el News Chronicle nos indica: “En Montemor Novo, un portugués enarbolando una bandera rebelde. En la ciudad de Extremoz, pasé un cargamento de los rebeldes; había oficiales rebeldes y hombres en un hotel” En la crónica publicada en el Chicago Tribune del día 30 de Agosto nos indica la hora de su llegada a Elvas “Eran las 8:30 cuando ascendimos la colina que lleva a Elvas, «la cerradura que nadie ha podido abrir»”.

Según el propio Allen, se instala en la Pensión Central que el Sr.Preston y García Mongay sitúan en la Rua dos Chilões.

Es en Elvas donde empieza a recibir gran cantidad de información sobre los refugiados, entrega de huidos, aterrizaje de tres Breguet XIX de los rebeldes en territorio portugués…

Proseguimos con el relato publicado el día 24 de Agosto en el News Chronicle londinense que no difiere en esta parte del artículo publicado en el Chicago Tribune el 30 de Agosto:
A la llegada a Elvas supe que una hora antes tres rebeldes armados uniformados, acompañados por un teniente portugués, habían conducido hasta la ciudad y, con revólveres, habían entrado en el hospital. Estaban buscando al señor Granados, el gobernador civil republicano de Badajoz, que había buscado asilo en Portugal dos días antes que la ciudad fuera tomada por los rebeldes. Se aproximaban a la habitación del señor Granados cuando fueron parados por el director del hospital, que les pidió que se fueran. Lo hicieron”.
En el relato publicado en el Chicago Tribune no deja en buen lugar al Coronel Ildefonso Puigdengolas, comandante militar de la plaza: “El señor Granado (sic) y su comandante militar, el coronel Puigdengola (sic), abandonaron a la milicia leal dos días antes de que cayera Badajoz.

Los fascistas subieron corriendo las escaleras, y recorrieron un pasillo con las armas desenfundadas, hasta entrar en la habitación del gobernador. El Dr. Pabgeno, director del hospital, se arrojó sobre su indefenso paciente y gritó pidiendo ayuda, consiguiendo salvar una vida”.

En el artículo publicado en el News Chronicle del 24 de Agosto hace mención a la entrega del alcalde de Badajoz y del Diputado Nicolás de Pablos pero no a su ejecución:
El jueves el señor Madroñero, un republicano de Badajoz, y el señor Nicolás de Pablos, diputado socialista por Badajoz, los cuales huyeron a Campo Mayor, la cercana ciudad portuguesa, fueron entregados a las tropas de Franco por la policía portuguesa. El señor Narciso Vázquez, otro diputado socialista por Badajoz, también buscó refugio en Campo Mayor, está aún allí, gracias a los esfuerzos de un familiar portugués. Me dijeron en Elvas que cuarenta milicianos marxistas que habían escapado de la masacre de Badajoz cruzando la frontera habían sido devueltos y fusilados. Dos días después de la toma de Badajoz, 400 refugiados —hombres, mujeres y niños— fueron escoltados de vuelta a España por la caballería portuguesa. Su destino se desconoce. Cuando la policía intentó sacar a cinco oficiales leales que habían sido internados en los cuarteles de Elvas con la intención de entregarlos a los rebeldes, las tropas portuguesas les amenazaron con intervenir. La policía se retiró”.
Como vemos, Allen no dice nada de haber ido a Badajoz, sino a Elvas, a buscar información.

A Allen le vence el subconsciente y efectivamente el día anterior (19/08/1936) a su llegada a Elvas (20/08/1936) fueron entregados estos mandatarios a las fuerzas rebeldes. Un trabajo sobre estos fusilamientos y fotografías inéditas del mismo se puede consultar en este enlace.
Aquí debemos hacer una reflexión. En las crónicas que envío antes de su llegada a Elvas, Jay Allen básicamente no mintió y contó la verdad sobre los acontecimientos, independientemente que hiciera propaganda a favor de los frente-populistas en todas y cada una de las crónicas que escribía. Pero he aquí que al llegar a Elvas nos encontramos con un “segundo” Jay Allen que fantasea de forma increíble sobre los acontecimientos de Badajoz.

Jay Allen intenta primeramente entrar en España por el puesto de Retiro en Campo-Maior, quizás pensando que no estaría tan vigilado como el de Caia. Sin poder conseguirlo, regresa a Elvas y es aquí donde maquina uno de los mayores fraudes del periodismo de Guerra. Frustrado y con algo de envidia al no poder alcanzar lo que más de una treintena de periodistas habían ya conseguido, es decir entrar en Badajoz, se inventa datos, obvia otros, exagera cifras de la represión llevada a cabo por los rebeldes en esta ciudad de frontera... Un verdadero despropósito que ha pasado como uno de los artículos que más han influido en la historiografía sobre la Guerra Civil.

Allen aprovechó la interceptación de la crónica enviada a Chicago desde Tánger para re-escribirla en dos entregas, la segunda de las cuales ya con una clara influencia de la senda marcada por su amigo Indalecio Prieto en su artículo "La plaza de toros de Badajoz, circo romano"...

De esta manera podría añadir un mayor dramatismo y dar rienda suelta a su imaginación en los detalles más luctuosos. Sólo tenía que encajar las informaciones que ya adelantó el día 23 desde Tánger (entrega de refugiados... y los 4.000 muertos). Al fin y al cabo, cuanta más sangre fresca hubiera en la noticia más periódicos se venderían y la impresión en la opinión pública internacional de “las matanzas de Badajoz” sería una herramienta más a utilizar en la Guerra de la Propaganda.

Si algún lector quisiera acercarse a un análisis más profundo del artículo que escribió Jay Allen sobre Badajoz puede hacerlo tecleando en este enlace

Después de su fracaso y una noche tan calurosa debió avivar la imaginación del de Seattle pues en el artículo del Chicago llega a expresar nada y nada menos:
Subí a la azotea para mirar atrás. Vi fuego. Están quemando los cuerpos. Cuatro mil hombres y mujeres han muerto en Badajoz desde que los moros y los legionarios rebeldes del general Francisco Franco treparan sobre los cuerpos de sus propios muertos para escalar las murallas tantas veces empapadas en sangre”.
Al alba del día 21 de Agosto de 1936, relata:
De pronto, un coche con una bandera roja y amarilla cruzó la plaza. Nos detuvimos. Nuestros tamborileros vinieron a nuestro encuentro.
—Están registrando el hotel.
—¿A quién buscan?
—No lo sé.
Nos iremos en cuanto haya luz. La gente que hace preguntas no es muy popular en esta frontera. Si es que se la puede llamar frontera”.
En el trabajo del Sr. García Mongay nos expresa “Jay Allen regresa a Lisboa a las nueve (de la mañana) del día siguiente (21/08/1936)”[3]. Si extrapolamos el número de horas en el viaje de ida llegamos a la conclusión que Allen y su acompañante, el traficante de armas portugués, llegaron a Lisboa sobre las 13,30 o 14 horas del día 21 de Agosto de 1936.

A llegar al puerto de Santa Apolonia y siguiendo el relato del señor García Mongay:
Un amigo le muestra un barco alemán y ve que soldados portugueses están descargando pesadas cajas que suben a furgones españoles. El nombre del barco estaba tapado con pintura. Gracias a unos prismáticos, lee SS Kamerun escrito en un salvavidas. “El Kamerun tenía aviones alemanes, tanques y otros materiales de guerra para Franco. Fue la primera violación flagrante y demostrable desde que los aviones italianos y alemanes que ya estaban al servicio de Franco habían llegado por vía aérea”, escribirá en su libro inacabado”.
Aquí Allen se quita definitivamente la careta de reportero de guerra para abrazar con entusiasmo su verdadera misión como colaborador del Frente Popular.

Nuevamente nos intenta confundir pues en el reportaje publicado en el Chicago Tribune 29 de Agosto de 1936 expresa que tardó tan solo 15 minutos desde su llegada a Lisboa en visitar al embajador Sánchez-Albornoz. Pues bien, ni 15 minutos ni fue el día de su llegada a Lisboa.

Como acabamos de ver en el trabajo realizado por el Sr. Mongay expresa que primero ha ido a Elvas y al regresar a Lisboa es cuando ve los buques alemanes. En cuanto a los 15 minutos que tardó desde el aeródromo de La Alverca a Lisboa es simplemente otro “fake” del norteamericano pues se tardaba no menos de 45 minutos en hacer el recorrido entre el aeródromo de la Alverca y Lisboa .Pero es que no fue el día de su llegada a Lisboa (20/08/1936) cuanto se entrevista con Don Claudio Sánchez Albornoz sino al día siguiente.

¿Por qué conocemos este dato tan relevante? Por la fecha en que los navíos alemanes Kamerun y Wigbert descargan en Santa Apolonia el material de guerra para las fuerzas rebeldes.

El 22 de Octubre de 1936 el Gobierno Portugués dirige una comunicación al presidente de la Comisión de no-injerencia, con sede en Londres, contestando a las quejas formuladas por el Gobierno de Madrid.

Entre las acusaciones de Madrid al Gobierno Portugués estaba el desembarque de armamento del vapor -Kamerun- y su transporte de camiones para Badajoz y Salamanca. La contestación que dio el gobierno portugués fue que el vapor Kamerun, viniendo de Gibraltar, entró en Lisboa y salió el día 21 de Agosto (1936), habiendo llegado a Hamburgo el 27 de Agosto (Lloyd´s Shipping Index).
Entre los asuntos tratados por Jay Allen y el Embajador estaba precisamente el caso del navío Kamerun. Pero es que si acudimos a otras fuentes más fiables nos expresan que el embajador del Reino Unido en Lisboa Charles Wingfield, fue informado por el ministro francés, Amé Leroy que el material de Guerra transportado en ese buque alemán fue desembarcado en Lisboa el 21 de Agosto de 1936[4].

En 1977, el historiador Carlos Rojas sitúa a Jay Allen junto a Sánchez Albornoz:
A Sánchez-Albornoz, enfermo y aislado por el régimen de Salazar en su embajada de la República en Lisboa, lo visita el corresponsal del News Chronicle, Jay Allen, quien en octubre de aquel año me entrevistaría en la prisión de Alicante, Jay Allen preguntó a Sánchez-Albornoz qué barbarie ancestral había estallado entre nosotros, los españoles…”[5].
Sobre las tres de la tarde del 21de Agosto de 1936, Jay Allen se dirige al Palacio de Palhavã a entrevistarse con el Embajador Claudio Sánchez-Albornoz, y "compartir" información.
En este trabajo invertiremos la ecuación pues será Jay Allen quien principalmente informe al Embajador Sánchez-Albornoz y no al revés. Sánchez Albornoz le proporcionará básicamente material periodístico censurado del “jornal O Seculo”.

La historiadora Iva Delgado en su trabajo Portugal e A Guerra Civil de España dedica un capítulo a la Embajada de España en Lisboa. En el texto expresa: “…el Embajador estaría prácticamente prisionero en la Embajada sin poder comunicar con el exterior, además de amenazado de muerte…”. En esta situación difícilmente podría el Embajador informar a Allen sobre las últimas noticias que sin embargo Allen si tenía frescas por haber estado pocas horas antes en la frontera luso-española.

Sobre esta visita de Allen, Sánchez-Albornoz escribiría incrédulo en su "anecdotario político" que el norteamericano venía a "pedirle y darle informes", diciendo que había visto "torear a los diputados socialistas de Badajoz". No sería la primera vez que esto ocurría pues ya en 1934 Allen basó su trabajo sobre la revolución de Asturias en un informe que le proporcionó Indalecio Prieto.
"Estaba enfermo y guardaba cama. Un periodista yanqui (después famoso) se obstinó en que le recibiera y accedí. Apenas entró en mi habitación, se sorprendió de que yo tuviera un crucifijo sobre el lecho y me declaró sin rodeos su sorpresa.
-¿Hay alguna incompatibilidad entre ser católico y republicano? -le dije. Después del Concilio Vaticano II no se hubiese asombrado de tal conjunción.
-Vengo a pedirle informes y a dárselos. Estoy horrorizado. Pero qué barbarie ancestral ha explotado entre ustedes los españoles. He visto torear-así, torear-a los diputados socialistas de Badajoz. Y, acompañando a las vanguardias del ejército de África, he entrado en algunos pueblos donde aún estaban colgados hacia abajo los ricachos del lugar y con los vientres vacíos como si fueran cerdos".
Allen, sobre esta visita escribió:
"Me encontré solo en la habitación más elegante que yo había visto en mi vida. A poca distancia había una gran cama dorada y en ella, una figura pálida, sin afeitar, me ofreció su mano. Era Claudio Sánchez- Albornoz, embajador de España.
Yo lo había conocido en Madrid como una gran autoridad en la Edad Media, como rector de la Universidad de Madrid y como ministro de Asuntos Exteriores. Sobre la cama vi un exquisito crucifijo de marfil.
Como muchos republicanos, Sánchez-Albornoz era un buen, aunque políticamente incorrecto, católico. Me sorprendió su aspecto.
-He estado muy enfermo-me dijo-, y estoy absolutamente solo".
El 31 de agosto, Sánchez-Albornoz daba cuenta en un informe al ministro de Estado en Madrid de los "frutos magníficos" de los contactos con periodistas:
"Imposibilitados para reaccionar directamente contra la campaña antigubernamental hemos logrado ponernos en contacto con el mundo y a base de nuestras informaciones entrar en relación con News Chronicle, Chicago Tribune, L'Intransigeant y la United Press, habiendo visto ya el fruto magnífico obtenido de estas relaciones".
La actividad en la Embajada el día 20 de Agosto fue casi nula. Sin embargo después de la visita del periodista del Chicago Tribune la actividad se multiplica exponencialmente. Así, vemos que aun enfermo Sánchez-Albornoz llega a decir en uno de sus telegramas: “Me he levantado de la cama para protestar indignado”. Don Claudio se comunica con el Ministerio de Estado vía Embajada de España en el Reino Unido. Así informa a su homólogo en Londres, Julio López Olivan, que las autoridades portuguesas han entregado en Badajoz a varios prisioneros entre los que destacan Nicolás de Pablos y Sinforiano Madroñero para ser fusilados. Importante detalle pues fijémonos que dice “Para ser fusilados” y no simplemente han sido fusilados. Es decir ni Allen ni el Embajador habían confirmado aún las ejecuciones de De Pablos y Madroñero. En otro telegrama fechado el mismo día denuncia que tres aviones han aterrizado en Elvas con la aquiescencia del Gobierno Portugués y lo que es aún más importante para nuestro relato en un tercer telegrama expresa “Por diversos serios conductos (Jay Allen) me informan que en este momento están desembarcando barcos alemanes estación terminal línea Badajoz, gran cantidad material guerra para cuyo transporte han sido requeridos numerosos vagones. Policía impide aproximarse lugar descarga...”. Todos estos telegramas pueden ser consultados en la obra recopilatoria publicada por la Fundación Sánchez-Albornoz[6].

Después de visitar al Embajador, Jay Allen tiene que ordenar todo el material que ha conseguido en Elvas con el que le ha aportado el Embajador para remitirlo a sus periódicos vía telegrama. Se va a encontrar con un grave problema: “Los despachos no escapan a la censura durante nueve o diez horas en la capital portuguesa, y ningún envío parece escapárseles aun cuando no tenga el menor interés”. 

Efectivamente la censura portuguesa intercepta todos los despachos enviados desde las oficinas de telégrafo de Lisboa.

¿Qué parte de las crónicas de Jay Allen censuran las autoridades portuguesas?

La parte que relata una supuesta conspiración comunista de la marina portuguesa, lo más grave, habla de un apoyo extenso por parte de la ciudadanía portuguesa. Eso lo envía Jay Allen el día 21 de Agosto desde Lisboa, pero es censurado. El único periódico del mundo que refleja esta crónica censurada es el periódico portugués-americano la Unión Portuguesa con fecha del 31 de Agosto de 1936, donde aparece con fecha del 23 de Agosto que el cable es enviado desde Tánger. Adjuntamos dicho artículos por su relevancia.

Lo que demuestra, amén de su importancia, que Allen no solo escribía para el News Chronicle y el Chicago Tribune. Por poner un ejemplo, tenemos un artículo de Jay Allen publicado en el New York Post el 25 de Agosto de 1936 y otro en el Boston Globe de la misma fecha. El articulista Westbrook Pegler, le recriminaría a Jay Allen que también escribiera sus artículos sobre la Guerra Civil para el diario Los Angeles Times.
Jay Allen_Mapa
Dibujo mapa de España realizado por Jay Allen en 1939

Después de este suceso, y ante la imposibilidad de poder seguir trabajando en Lisboa queda pasar la noche del 21 al 22 en el hotel de La Baixa y partir al día siguiente partir hacia Tánger surtido con un buen fajo de periódicos y según el propio Allen: “con su cuaderno de notas con la crónica de Badajoz y un sobre, envuelto en tela impermeable y sellado como valija diplomática, que le había dado el amigo que le condujo hasta barco alemán en Lisboa”[7].

La mañana del 22 de Agosto, según el relato del Sr. García Mongay, Jay Allen lo dedica a visitar las legaciones de los EEUU y Reino Unido en Lisboa donde le informan que “tanto en el Consulado Británico como en la legación de Estados Unidos conocían la noticia del barco alemán (Kamerun)”.

Según los horarios expresados, Allen regresó a Tánger el sábado 22 de agosto en el vuelo que partía de Lisboa a las 13 horas. Poco antes de partir este vuelo, aterriza en el aeródromo el periodista americano H.R. Knickerbocker, procedente de Burgos, reconociendo a su amigo Jay Allen entre los pasajeros que iban a subirse en el avión de la compañía Aero-Portuguesa:
"Un avión portugués estaba a punto de salir para Tánger y entre sus pasajeros me encontré con un amigo que acababa de salir de Badajoz, la ciudad amurallada española de la frontera portuguesa que fue tomada por los nacionales con la Legión extranjera después de los más encarnizados combates de la guerra. Mi amigo me dijo que una estimación de dos mil muertos en los enfrentamientos y las ejecuciones posteriores sería el mínimo estimado”.
Curiosamente esta es la misma cifra (dos mil) que le expresa Jay Allen a su amigo Gerald Brenan: “Según la prensa británica y la portuguesa el número de muertos en la plaza de toros (de Badajoz) había sido muy elevado, pero Jay llegó a precisar que no pasaron de dos mil”[8].

Desgraciadamente en nuestra investigación no hemos podido localizar los “livros de pista” del Aeródromo de La Alverca de esos días.

Como vemos, igual que le dijo al Embajador español en Lisboa no se conformó con visitar Elvas y da un pasito más diciendo a Knickerbocker, que había estado en Badajoz. Al Embajador le expreso nada más y nada menos que:” He visto torear-así, torear-a los diputados socialistas de Badajoz. Y, acompañando a las vanguardias del ejército de África”. Sin comentarios, más leña al fuego de la propaganda.

Prosiguiendo con el relato trascrito por el Sr. García Mongay:

“Un taxi le lleva al aeropuerto de Lisboa. En la lista de embarque del avión a Tánger la reserva figura a nombre del “Señor Cooke” –el nombre completo que aparecía en su pasaporte era Jay Cooke Allen–. El avión despega con mucho retraso. Comprueban varias veces que no viaja un pasajero norteamericano llamado Allen. “Solo había dos estadounidenses: Brown y Cooke”. Aquí nuevamente vuelve hacer gala de su imaginación e introduce elementos de novela policiaca.
Proseguimos con el testimonio recogido por el Sr. García Mongay ya que no tiene desperdicio:
“…el avión realiza una parada de emergencia en Cádiz. Antes de aterrizar, Allen va al baño y esconde en una caja de pañuelos grande su cuaderno de notas con la crónica de Badajoz y un sobre, envuelto en tela impermeable y sellado como valija diplomática, que le había dado el amigo que le condujo hasta el barco alemán en Lisboa. Una pareja de carabineros se acercó bajo la lluvia para ver quiénes eran. El piloto portugués les explicó que “algo perdía líquido”. Hicieron el saludo y se fueron. “Enseguida estábamos de nuevo en el aire, pero yo había envejecido varios años”, anota el periodista”.
El periodista “mejor informado de la Guerra Civil” vuelve a introducir un “fake” pues el día 22 de Agosto de 1936 no cayó una sola gota de lluvia sobre Cádiz. Hemos consultado en la Agencia Estatal de Meteorología y nos confirman que ni en la estación de San Fernando y ni en la de Grazalema se recogió ese día precipitación alguna en la tacita de plata ni en la provincia de Cádiz. Así mismo tras haber realizado la búsqueda en los diarios de prensa local gaditana "Diario de Cádiz" y "La Información” no aparece publicado el aterrizaje forzoso del aparato de la Aero-portuguesa y además el parte meteorológico facilitado por el Observatorio de Marina en esos días refleja días despejados.

Al llegar a Tánger, sobre las cuatro de la tarde debió tener el tiempo justo para poder volver a Gibraltar en barco, desde donde sólo pudo transmitir una escueta crónica donde informaba de la llegada del vapor alemán Kamerun la noche anterior a Portugal.

Al día siguiente, 23 de agosto, volvió a Tánger, desde donde transmitió, a través de la compañía telégrafo Eastern, más detalladamente su viaje a Lisboa. La crónica de este viaje a Lisboa tenía previsto enviarla en dos partes. La segunda parte, que quiso enviar el día 24, no llegó al Chicago Tribune, teniendo que enviarla días después. En una nota insertada por el periódico el día 30 de Agosto, que fue cuando se pudo publicar, nos indica lo sucedido:
"El siguiente artículo complementa uno acerca de Portugal en la guerra civil española, enviado por el Sr. Allen desde Tánger el 23 de agosto y publicado en el Chicago Tribune el 24 de agosto. En lo que respecta al siguiente envío, el Señor Allen dice:
Estoy enviando historias que desaparecieron entre mi hotel y la oficina de correos (que también es la oficina de envíos de cables) al día siguiente del envío de la primera historia. Estoy investigando".
En esta segunda crónica de su viaje, continuó escribiendo sobre "las ayudas y facilidades" que estaba dando el Gobierno de Salazar a Franco para recibir envíos procedentes de Alemania, mezclando medias verdades, con falsedades y exageraciones. Sirva como ejemplo: "Otro incidente de neutralidad portuguesa; la noche antes del último y feroz bombardeo que causó la caída de Badajoz, tres trimotores Junkers (fabricados en Alemania) aterrizaron en un campo a 1.000 metros dentro de la línea portuguesa cerca de Caia, cargaron las bombas y despegaron para castigar la ciudad".

Estos tres aviones ni eran Junker alemanes, ni cargaron bombas, como dice Allen, en realidad eran los tres Breguet XIX españoles de la base de Tablada que estaban apoyando el intento de asalto fallido a Badajoz el día 13 de agosto, que al no poder aterrizar en el campo de aterrizaje de Badajoz, las Bardocas, y hacerse de noche, lo hicieron junto a la frontera.

Terminaba el artículo anunciando que al día siguiente, 25 de Agosto, la crónica versaría sobre Badajoz. Pero esta crónica ya no la telegrafiaría desde Tánger.

Al regresar a Tánger la situación había cambiado drásticamente pues es la autoridad italiana la que el 22 Agosto de 1936 controlaba los visados de entrada y salida en Tánger. El profesor don Bernabé López me informa, de forma esquemática, cómo funcionaban las salidas y entradas en esta ciudad franca:
El régimen de la ciudad internacional de Tánger era especial. Aunque el cónsul italiano presidiera el Comité de Control de la ciudad, el control efectivo de la ciudad era colectivo. El cónsul español republicano formaba parte del Comité y la ciudad se regía por unas normas de neutralidad particulares. Era por tanto posible entrar y salir de la ciudad en barco y avión. No por tierra, pues las fronteras internacionales de la ciudad estaban controladas por los franquistas que controlaban todo el protectorado norte de Marruecos. Tánger era un enclave dentro del protectorado español. Por barco, la comunicación con el protectorado francés del sur era viable así como con Gibraltar al norte”[9].
Como comprobamos las fronteras por tierra están controladas por las fuerzas rebeldes. Allen era desde el 27 de Julio de 1936 una de las piezas cotizadas en el bando nacional por los adjetivos descalificativos con los que había “halagado” al General Franco en su entrevista en Tetuán el 27 de Julio de 1936.

Entonces, si para Allen era imposible desplazarse a Rabat en el protectorado francés ¿Cómo pudo sacar la crónica con la que pensaba ganar el premio Pulitzer?

Aquí entra en juego su compañero Robert Neville, última pieza necesaria para encajar la reconstrucción de los hechos. Este corresponsal del New York Herald Tribune se desplazó con la crónica escrita por su amigo por ferrocarril el 23 de Agosto de 1936 a Rabat. Así, Jay Allen mataba dos pájaros de un tiro, primero evitaba a los servicios secretos italianos y españoles -que controlaban las visas de los pasaportes en la ciudad franca- y que le venían pisando los talones y segundo aseguraba que la crónica, llegara con toda normalidad al Chicago Tribune. Desde Rabat, Robert Neville envió a su periódico los días 25 y 26 de Agosto de 1936 las crónicas relativas al desembarque de armamento de Kamerun en Lisboa pero no así la relativa a Badajoz. El artículo de Jay Allen publicado en el News Chronicle empieza “RABAT (French Morrocco) Monday”. Es decir el lunes 24 de Agosto de 1936 Neville estaba en Rabat. Lo curioso es que hasta el 30 de Agosto no salió publicada en el Chicago Tribune el artículo “sobre las ciudad de los horrores” por lo que nos inclinamos a pensar que fue el propio Neville u otro periodista amigo de Allen quien llevó en persona dicho reportaje a EEUU.

El crucero italiano de recreo SS Roma hacía el trayecto Gibraltar-New York. Después de haber hecho escalas en varios puertos del Mediterráneo desembarcó en New York el 27 Agosto de 1936. Por lo tanto el famoso artículo, no fue enviado por cablegrama desde Rabat a Chicago como hasta ahora se pensaba. Evidentemente, por su trascendencia, de haber sido telegrafiado el 24 de Agosto de 1936 desde Rabat hubiera sido publicado con anterioridad al 30 de Agosto de 1936.

Conclusiones


Jay Allen es un personaje que visto desde el punto de vista del investigador es una “joya histórica” pero hay que haberle leído mucho y saberle interpretar para separar el grano de la paja, o sea la verdad de la mentira, de lo que escribió sobre la Guerra Civil y en concreto sobre los sucesos de Badajoz. Eso hemos intentado realizar con este trabajo.

En primer lugar, queda pendiente de realizar un trabajo más ambicioso como es recopilar toda y cada una de las crónicas que escribiera Allen sobre la Guerra Civil. Yo las tengo para si algún “grupo interdisciplinar académico universitario” con más medios que el diciente está interesado en el proyecto… También queda, como trabajo a realizar, traer a España los manuscritos del libro inacabado que escribiera Jay Allen en colaboración con Bárbara Tuchman o si acaso unos facsímil de los mismos pues facilitaría la tarea del investigador. Y, para finalizar, contactar con Sarah Wilson Allen para que se publicara de forma completa el dietario que escribiera su abuelo sobre la Guerra Civil y que aclararía muchas de las cuestiones aquí planteadas sin necesidad de acudir a fuentes secundarias.

En segundo lugar, y centrándonos en el trabajo que hemos expuesto, observamos que las fechas manejadas por el propio Jay Allen no son correctas. Ni el famoso artículo fue fechado en Elvas el 25 de Agosto ni por supuesto estuvo en esta ciudad alentejana los días 23, 24 ni 25 de Agosto de 1936. Todo es más sencillo. Jay Allen vuelve a confundirnos.

El norteamericano voló a Lisboa el 20 de Agosto de 1936: la tarde de ese día viaja a Elvas, recoge impresiones y sobre todo material que compromete seriamente al gobierno portugués por la ayuda prestada a los rebeldes. No puede entrar en Badajoz pues de haber estado es imposible que por ejemplo no viera que la torre de la Catedral estaba intacta.

Regresa la mañana del 21 de Agosto a Lisboa donde junto a su amigo el traficantes de armas portugués ve desembarcar o le dicen que unos buques alemanes están desembarcando material de guerra para los rebeldes españoles. A eso de los tres de la tarde se entrevista con el embajador Sánchez Albornoz para darle informes y recibirlos. La tarde del 21 de Agosto la dedica Allen a enviar telegramas que son interceptados por la censura portuguesa.

El día 22 de Agosto de 1936 vuelve a Tánger ora desde esta ciudad franca ora desde Gibraltar el 23 de Agosto envía reportajes llenos de sensacionalismo a sus periódicos en Londres y Chicago pero no solo a estos diarios pues también trabajaba para otros periódicos.

El 24 de Agosto de 1936, su amigo y colega Robert Neville se desplaza a Rabat para desde allí enviar al News Chronicle uno de los artículos sobre Badajoz. El otro artículo sobre la matanza de Badajoz, con el que Allen pensaba ganar el Pulitzer, sale vía barco desde Gibraltar llegando a EEUU el 27 de Agosto de 1936. Finalmente sería publicado el 30 de Agosto de 1936 en el Chicago Tribune.

Las acusaciones de que Allen se había implicado en la causa comunista , la propaganda que introducía en sus relatos y el descubrimiento de que su crónica sobre la matanza de Badajoz resultó ser falsa, pues nunca estuvo en Badajoz sino en Elvas, provocó que el Chicago Tribune comunicara a Jay Allen que sus servicios ya no serían necesarios. Triste final.

No puedo dejar en el tintero un par de datos muy curiosos y que en manos bien intencionadas podría dar lugar a la creación de empleo y riqueza tan necesaria en este solar patrio como es crear la casa-museo de Jay Allen en Torremolinos. ¿Si Gerald Brenan tiene una casa museo en Churriana (Málaga) porque Jay Allen no puede tenerla en esa ciudad de la Costa del Sol? La casa donde residió el de Seattle esta sita en la calle Cuesta del Tajo nº 12; un antiguo molino, llamado de la Bóveda, hoy en día reconvertido en pub. Pero si curioso es ese descubrimiento lo es más quien era su dueña en la primavera de 1936: una “tal” Dª. María Amalia BOLIN Mesa. ¿Les suena el apellido?

Para finalizar, en mi investigación he llegado a localizar una grabación sonora con la voz de Jay Allen en uno de aquellos mítines organizados a favor del Frente Popular en EEUU. Poder oír la voz de Jay hablando sobre aquella España convulsa ha sido todo un lujo que espero algún día compartir con ustedes. Y aquí lo dejo…
________________________________________

[1]Paul PRESTON, Idealistas bajo las balas, Debate, 2007, pág. 349. La idea no es ni nueva ni original pues ya había sido planteada por el compañero de penurias de Allen en España John T. Whitaker: “Jay Allen had been the first correspondent to interview Franco and he had generally proved himself the best informed journalist in Spain”: Prelude to World War. A witness from Spain, Foreign Affairs, Vol. 21 nº1 Octubre de 1942 y en su libro We cannot escape history, Nueva York: The Macmillan Company, 1943, pág. 113. Asi como Isabel de Palencia, embajadora plenipotenciaria española en Suiza y Finlandia que llego a expresar: “Si me preguntaran quien era el norteamericano mejor informado sobre el conflicto español, diría sin vacilación que Jay Allen”: Soledad FOX MAURA, Constancia de la Mora: esplendor y sombra de una vida española del siglo XX, FOX Espuela de Plata, 2008, pág. 182.
[2] Oliveira CESAR, Salazar e a Guerra Civil de Espanha, O jornal, 1987, pág. 195.
[3] García Mongay sitúa ese regreso por error el 26 de Agosto de 1936.
[4] The Oldest Ally: Britain and the Portuguese Connection, 1936-1941.
[5] Memorias Inéditas de José Antonio Primo de Rivera, págs. 117-118.
[6] Claudio Sánchez Albornoz, Embajador de España en Portugal, págs.. 166-197. Los originales se pueden consultar en la Caja RE 154 Carpt.26 del Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares.
[7] El texto está expuesto en el trabajo ya referenciado del Sr. García Mongay.
[8] Memoria Personal 1920-1975; pág. 447-448.
[9] Mantuve correspondencia con este profesor durante el mes de Febrero de 2014.
Moisés Domínguez Núñez