lunes, 14 de enero de 2013

JESÚS MARÍA RUIZ VIDONDO: España en Indochina durante el siglo XIX

"La pesada carga del hombre blanco" caricatura a partir del poema de Kipling
Publicado en GEE - Grupo de Estudios Estratégicos
  
Pese a lo comúnmente extendido, España ha realizado muchas misiones en el exterior a lo largo de los siglos. Una de las intervenciones más alejadas en las que se participó fue en Indochina, donde España siempre intervino esperando solucionar los problemas que habían surgido en esa región. Aunque al final fue Francia la gran protagonista de ese conflicto.

1. Inicio del problema


A mediados del siglo XIX el Imperio de Anam abarcaba lo que más tarde se llamaría Indochina, ocupando los dos antiguos reinos de Tonkín y Cochinchina. En 1821, el soberano, descendiente de Gia Long, decidió expulsar a los escasos europeos que estaban en el país, entre otras cosas porque el cristianismo causaba recelo en los sucesores de Gia Long. Pronto, en 1829 se produjo el asesinato de conversos cristianos, de manera que los misioneros franceses y españoles pasaron a tener una actividad clandestina. No acabó ahí la cosa, y en 1833 el soberano ordenó directamente su persecución. La reacción francesa fue el bombardeo del puerto de Da Nang en 1847. Y poco después, la subida de Napoleón III al trono francés en 1852 marcó para Francia el comienzo de una política de conquistas coloniales en la que se integró la región.

En ese entorno, el 20 de julio de 1857 el obispo dominico español José Mª Díaz Sanjurjo de la misión europea es asesinado, siendo obispo titular de Platea y vicario apostólico de Tonkín. La noticia produjo indignación en Europa, lo que aumentó los motivos para intervenir en una zona llena de facilidades: Anam y Siam estaban enfrentados en el Mekong medio donde ambos querían ejercer su influencia sobre el principado de Vien Tian. En segundo lugar, Camboya parecía destinado a su desaparición en beneficio de uno de los vecinos. Y en tercer lugar, Siam y Birmania se mantenían en conflicto durante buena parte del siglo XVIII.
No había grandes dificultades para la acción europea. Así que Gran Bretaña puso su objetivo en Birmania y Siam, mientras que Francia y España querían sobre todo proteger las misiones en Indochina. Además, Francia tenía un interés especial por adquirir una base naval en esa zona. El factor decisivo era el interés galo por tres ríos: el Rojo, el Negro y el Claro. Eran tres vías fluviales que permitirían penetrar desde Tonkín hasta las ricas provincias meridionales de China, logrando una gran ventaja sobre sus competidores. En verdad, los franceses estaban equivocados: los ríos dejaban de ser navegables antes de llegar a la frontera de China. Desde el punto de vista comercial, ocupar Tonkín era una vía muerta.

En el aspecto religioso, en 1857 las exigencias de garantizar la libertad religiosa son rechazadas por el emperador Tu-duc. También la pretensión francesa de dar trato preferente a las actividades mercantiles galas. En 1858 fracasó un negociador, Montigny, enviado como último recurso por Napoleón III. Así que en 1857 el comandante de las fuerzas navales francesas en el Extremo Oriente, contralmirante Rigault de Genouilly recibe la orden de tomar Da Nang (que en francés recibió el nombre de Tourane), no lejos de Hué, la capital imperial. Los españoles querían prevenir un movimiento de los franceses en relación a las Filipinas así como evitar los ataques contra los españoles por parte de las autoridades vietnamitas. Así que las tropas participarían en la campaña de los franceses, aunque realizando un mero papel auxiliar de las tropas francesas: no formalizaron un protocolo en el que se definiesen las acciones a realizar. Mientras, los misioneros españoles en Vietnam seguían sufriendo represión: el obispo Melchor García San Pedro fue decapitado y su cabeza colocada en la plaza de Nankín.

2. Comienza la intervención


La iniciativa de intervención partió de Francia mediante una comunicación en diciembre de 1857. El gobierno español aceptó la propuesta y ordenó al capitán general de Filipinas, General Norzegaray, poner a disposición de Francia una fuerza de 1.500 hombres, con unos 60 marineros, estos al mando del alférez de navío Siro Fernández. El mando conjunto era del Coronel Mariano Oscáriz. La Marina española contribuyó a la expedición con dos vapores, el Elcano y el Jorge Juan, doce falúas y varios transportes. Sin embargo, el Capitán General no era partidario de la expedición puesto que suspendería operaciones en diferentes islas cercanas a Filipinas. Martínez de la Rosa ofreció un batallón de 1.200 hombres con artillería. Se organizó un regimiento de infantería, dos compañías de cazadores, una batería de artillería y los correspondientes servicios. Francia llevó dos barcos a Manila para transportar 500 hombres a Vietnam. Los expedicionarios españoles se debían incorporar a la escuadra francesa del contralmirante Rigault de Genouilly.

Se decidió desembarcar en la bahía de Da Nang, cerca de Hué. En agosto de 1858 -previo bombardeo de los fuertes por los barcos- desembarcaron 1.300 franceses y 500 españoles en Da Nang, una de las mejores fortalezas de Oriente. Tras su ocupación, que cae en manos francesas el 2 de septiembre de 1858, los franceses deciden conquistar Cochinchina. Si el contralmirante Rigault hubiera impreso mayor energía a las operaciones, se hubiese tomado también Hué. Pero Rigault construyó un campo atrincherado y realizó, en octubre, un reconocimiento ofensivo a lo largo del río Turana.
En febrero de 1859 parte un ejército hispanofrancés (con 400 españoles) para tomar la capital de Cochinchina, Saigón. Para la conquista de la capital había que invadir muchas fortificaciones, pero al final Saigón cae el 17-18 de febrero. En la toma de uno de los diferentes fuertes destacaría Miguel Primo de Rivera, y en la de Saigón se distinguió el jefe de la fuerza española, coronel Bernardo Ruiz de Lanzarote. Este último coronel desarrolló un ataque a la bayoneta contra los enemigos.
Pese a las pérdidas, el emperador de Anam se negaba a negociar, y los suyos atacaban Da Nang, lo que obligó al contralmirante francés a dejar Saigón, sin abandonarlo totalmente, para dirigirse al primer lugar de desembarco.

Allí las bajas occidentales eran altas, sobre todo por las enfermedades, y las tropas necesitaban refuerzos. Estos eran difíciles: Francia estaba en guerra con Austria en el norte de Italia, y no quiso enviar nuevas tropas. Así que tanteó a los anamitas para alcanzar un acuerdo, pero fracasaron las negociaciones. Siguieron los combates en la bahía de Da Nang hasta finales de 1859. Hasta que el nuevo comandante en jefe y sustituto de Rigault, Contralmirante Page, decidió evacuar Da Nang.
Las condiciones para los españoles fueron poco ventajosas comparadas con las francesas. El Coronel Ruiz de Lanzarote envió a España al Teniente Coronel Carlos Palanca Gutiérrez para informar sobre la campaña.

3. El coronel Palanca


Palanca fue ascendido a coronel graduado, nombrado jefe de la expedición española, y con las atribuciones de plenipotenciario en Anam. A su regreso en mayo de 1860, Da Nang había sido ya abandonado y el coronel Ruiz de Lanzarote estaba ausente. El coronel Palanca mandaba dos compañías. Participó en los combates de 1860 en Saigón. Se distinguieron los españoles en la defensa de la pagoda de Clocheton, donde llevaron el peso de la acción, y en el ataque a la aldea Mirador.

A finales de 1860, el Cuerpo Expedicionario galo, que intervenía en una marcha sobre Pekín, quedaba disponible, y el Gobierno francés lo empleó en Cochinchina. Desde ese momento, Chasseloup-Labaut, Ministro de Colonias, y los almirantes pensaron en lograr un establecimiento definitivo en la zona. Veían la importancia del Mekong para las relaciones comerciales con China.
En 1861 llegaron las tropas francesas del vicealmirante Charner, sustituto de Page, con 4.000 hombres. Con él colaboran 180 hombres de Palanca en el ataque de Ki-Hoa en febrero de 1861. En el ataque, los españoles tuvieron un treinta por ciento de bajas, frente a un diez por ciento de los franceses. Los españoles ayudaron también en abril en el ataque a My-Tho (en otros textos Mi-Thi); un combate que duró dos días, y en el que los anamitas utilizaron elefantes armados con lantacas. Las tropas españolas colaboraron además en acciones sobre Bien-Hoa, el arroyo Dong-Mon y el cabo de Baria.
Palanca tenía poco más de cien hombres. Aun así, Palanca participó en 1862 en los ataques de Long-Lap, Vinh-Luong y Long-Dinh, entre otros, pese a contar ya con poco más de cien hombres. En las operaciones, los franceses venían de la metrópoli, sy e adaptaban peor a Vietnam que los españoles, que partían de Filipinas. A diferencia de éstos, las bajas francesas eran sobre todo por malaria. Genouille carecía de equipo para realizar sus operaciones fluviales por los ríos, y no recibió de los católicos vietnamitas el apoyo que los franceses esperaban. Pese a todo, las operaciones militares permitirían la conquista de las tres provincias meridionales de Anam.



4. Firma del Tratado


El 5 de junio de 1862 se firma un tratado de paz. Los anamitas habían sufrido sucesivas derrotas, además de la sublevación del Tonkín. El Tratado se realizó entre el Emperador Tu-duc, Napoleón III, Isabel II y el coronel Palanca. En virtud de él, los franceses recibirían tres provincias de la baja Cochinchina y unas cuantas islas; se abrirían al comercio tres puertos; los súbditos de Francia y de España podían practicar su religión, y los anamitas no tendrían restricciones; se fijaban indemnizaciones de guerra; y se concedía a Francia y a España unas condiciones preferentes.

Pero entre la firma del Tratado de paz y su ratificación por los gobiernos francés y español hubo un levantamiento popular en la Cochinchina. Palanca tuvo que colaborar con el contralmirante Chaunard para reprimirlo. Recibió para ello el apoyo de un batallón de Infantería que vino desde Filipinas. Intervino solamente en la toma de Co-Kong, en febrero de 1863, cuartel general de los rebeldes.
Pero el Emperador Tu-duc no cumplió lo acordado: continuó la persecución religiosa asesinando a muchos católicos. Siguieron produciéndose revueltas. Pero acabada la campaña el grueso de las tropas españolas vuelve a las Filipinas, quedando 200 soldados y 4 oficiales al mando de Palanca, cesado al no estar de acuerdo con la decisión. Ahí acababa la aventura española: nuestro país llegó a tener más de 4.000 hombres, contando las tropas tagalas; y Carlos Palanca mandó hasta un Cuerpo de Ejército. El 1 de abril de 1863 vuelvieron los últimos españoles a Filipinas.

5. Francia vence


A la postre, los resultados solamente serían beneficiosos para los franceses, que extendieron su protectorado a Tonkín y a Anam. Sin ese sentido estratégico, España intervino obligada ante la gran cantidad de mártires que se produjeron y las persecuciones sufridas por los misioneros. El gobierno de Madrid no supo exigir a los franceses mayores garantías y consideración. Lo soldados españoles quedaron relegados al papel de auxiliares de los franceses. Palanca protestó siempre para lograr la justa valoración de la participación española, pero no logró nada ante la intransigencia francesa, la debilidad o falta de visión del Gobierno español, y la actitud de los Capitanes Generales.
 
En 1867 se extendería la conquista francesa en la Cochinchina occidental. A partir de esa fecha se configura lo que habría de ser el Imperio de Francia en el Sureste Asiático. Lu Duc, en 1867, se enfrentaba con la población civil y necesitaba apoyo militar, por lo que tuvo que reconocer el dominio francés sobre la mayor parte de Vietnam del Sur (llamado entonces Cochinchina- Nam Bo ó Nam Ky para los vietnamitas); la parte central y montañosa, Anam (se llamaba ese territorio y todo el territorio entero para los vietnamitas Trung Bo ó Trung Ky); y el Vietnam del Norte, que fue llamado Tonkín por los franceses (Bac Bo ó Bac Ky para los vietnamitas).
 
El mayor interés seguía siendo la desembocadura del Mekong. Como dice el alférez de navío Francisco Garnier, permitiría el acceso a China, porque Camboya cerraba cualquier otro paso.
Doudart de Lagrée fue enviado en agosto de 1863 a Camboya, firmándose un Tratado de protectorado, puesto que el rey de Camboya temía una invasión de Siam. La vía del Mekong quedaba abierta.
 
A partir de 1865 el almirante de la Grandière, Gobernador de Cochinchina, confiaba atraer hacia Saigón el comercio de las regiones interiores de la China meridional. Sin embargo, la misión de Doudart de Lagrée y Francisco Garnier demostraría la imposibilidad de utilizar el Mekong, por lo que tras 1868 tuvieron que buscar el acceso al mercado chino por el río Rojo. Ello plantearía la cuestión de Tonkín. Ante la situación que se vivía en Europa (guerra con Prusia 1870- 1871), las posesiones vietnamitas y camboyanas fueron gobernadas por los oficiales navales allí destacados.
 
Bibliografía

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  • PALANCA MORALES, Francisco José, La expedición española a Conchinchina, edición del autor, Madrid, 1997.
  • RENOUVIN, Pierre, Historia de las relaciones internacionales. Siglos XIX y XX, Akal, Madrid, 1990, pp. 252- 254.
  • ALEJANDRE SINTES, Luis, La guerra de la Cochinchina: cuando los españoles conquistaron Vietnam, Edhasa, Barcelona, 2006.
  • VVAA, Historia de las Fuerzas Armadas, Tomo I, Palafox, Zaragoza, Planeta, Barcelona, 1983, pp. 219- 221.
Jesús María Ruiz Vidondo

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