jueves, 25 de septiembre de 2014

Stanley G. Payne y Jesús Palacios: Franco, una biografía personal y política


La obra de los profesores Stanley G. Payne y Jesús Palacios, Franco, una biografía personal y política, ya está distribuida en librerías.

Franco, una biografía personal y política
Stanley G. Payne y Jesús Palacios
Editorial Espasa
816 páginas
ISBN: 978-84-670-0992-7
Fecha de salida: 23 de septiembre de 2014
P.V.P.: 26,90 euros  

1. ¿Por qué nueva biografía de Franco?


En la segunda década del siglo XXI y casi 40 años después de su muerte, Francisco Franco y su larga dictadura aún no han quedado totalmente relegados para la Historia y continúan levantando encendidas pasiones.

Sobre la figura de Franco se ha vertido más tinta que sobre cualquier otra de la historia de España. Y sin embargo, solo una pequeña parte de tan abundante bibliografía es objetiva. La mayoría se desliza hacia un extremo o hacia otro. Aunque hay numerosos trabajos sobre él, y no se puede esperar que ninguno de ellos cierre definitivamente el estudio sobre una figura tan compleja y polarizada, Stanley Payne y Jesús Palacios han llegado a la conclusión de que era el momento de hacer un nuevo esfuerzo de descripción y evaluación.

La primera biografía que cuenta con los documentos recientemente desclasificados en Estados Unidos y Europa 


El verdadero Franco es un personaje escurridizo, tanto más cuanto que no dejó documentos personales relevantes. Apenas contamos con algo que revele su vida más personal, que clarifique los momentos cruciales de su carrera o nos aclare cómo y por qué tomó sus decisiones más importantes. Los autores han tenido acceso a un buen número de nuevas fuentes, desde la documentación del archivo de la Fundación Nacional Francisco Franco y el testimonio personal de su hija Carmen Franco Polo, duquesa de Franco –a partir de varias entrevistas que mantuvieron en enero de 2008–, hasta la abundante información procedente de nuevas fuentes secundarias.

Frente a los análisis positivos que lo ensalzan hasta el nivel de genio, sus detractores lo han retratado frecuentemente como un mediocre total; una figura histórica que alcanzó objetivos decisivos gracias a una mezcla de astucia y pura suerte. Ninguno de tales retratos resulta convincente.

La biografía más objetiva, equilibrada y actualizada de una figura capital de nuestra historia



2. ¿Qué novedades aporta el libro?


Stanley G. Payne y Jesús Palacios han incorporado a Franco, una biografía personal y política las investigaciones académicas, los estudios históricos y los libros de memorias y biografías más actuales. Han accedido, también, a documentación desclasificada recientemente, depositada en los archivos más importantes de España y del extranjero, entre los que destacan –por primera vez– los archivos privados de Francisco Franco, los de la Wilhemstrasse –con documentación de la Alemania Nazi–, o los del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Incluye una completa bibliografía del período, con más de 30 páginas y cientos de referencias Los autores han estudiado la vida sentimental y familiar de Francisco Franco, prestando especial atención a su infancia y juventud y a la relación que mantuvo con sus padres. Muchas de las claves psicológicas de su actuación posterior y de su carácter se encuentran en ese delicado periodo de la vida, que Payne y Palacios han reconstruido con una extraordinaria minuciosidad.

Al mismo tiempo, el libro rectifica numerosos mitos sobre su figura –enseguida resumimos algunos– y es la única biografía que dedica un capítulo completo al tema de la represión Nacional durante la Guerra Civil y la posguerra.

A su ambición temática y a la amplitud de sus fuentes, los autores han sumado un notable esfuerzo por escapar del sectarismo tan habitual en nuestro país cuando se abordan estos temas. Es un estudio completamente nuevo, realizado en el siglo XXI para los lectores y los estudiosos del siglo XXI. Quiere ser, además, una obra ajena a las convicciones partidistas, tanto de los franquistas como de los antifranquistas.

3. Los expertos opinan (y recomiendan)


"Un retrato íntimo de Franco que invita a un animado y necesario debate sobre la naturaleza del régimen del dictador." Julius Ruiz, autor de La justicia de Franco.

"Esta biografía convincente de Francisco Franco sitúa al Caudillo en su contexto español y mundial. Cubre todos los aspectos de su vida –desde el nacimiento hasta la muerte, de lo político a l0 personal– ofreciendo una visión reflexiva y crítica de su polémica figura." Michael Seidman, autor de La victoria nacional, la eficacia contrarrevolucionaria en la Guerra Civil.

"Francisco Franco es el único gran dictador del siglo XX que murió tranquilamente en su cama tras casi cuatro décadas en el poder. Su régimen fue brutal y despreciable, y en muchos aspectos ineficaz, sin embargo, no se unió a las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial y su figura significó la transición entre las dictaduras militares tradicionales y el totalitarismo más reciente. Este libro, impecablemente basado en las fuentes disponibles y redactado con buen juicio, bien podría ser la obra definitiva sobre su figura.” Walter Laqueur, autor de Facism: Past, Present, Future.

"Durante su vida y tras su muerte, Francisco Franco protagonizó más de cincuenta estudios biográficos, pero Franco, una biografía personal y política es sin duda uno de los mejores. Por fin se nos presenta con una genuina, objetiva, equilibrada y, sobre todo, desapasionada biografía escrita por dos distinguidos académicos con una amplia experiencia. Las sugerentes y mesuradas conclusiones –siempre presentadas con lucidez– reflejan un enfoque meticuloso y pragmático de su figura y de las innumerables cuestiones políticas y militares a las que se enfrentó. Tras ser considerado un paria de la política mundial del siglo XX, Franco cuenta con su propio estudio académico serio." Robert Stradling, autor de Your Children Will Be Next: Bombing and Propaganda in the Spanish Civil War.

4. Los autores


Stanley G. Payne es catedrático emérito de Historia en la Universidad de Wisconsin-Madison. Ha publicado una veintena de libros sobre Historia de España y Europa contemporánea. Entre los más recientes, ¿Por qué la República perdió la guerra? y La Europa revolucionaria. Las guerras civiles que marcaron el siglo XX. Es miembro de la American Academy of Arts and Sciences y correspondiente de las RR. AA. de Historia y Ciencias Morales y Políticas de España. También, codirector del Journal of Con- temporary History y miembro del Consejo Editorial de la revista www.kosmos-polis.com.


Jesús Palacios

Jesús Palacios es periodista e historiador especializado en Historia Contemporánea. Ha sido profesor de Ciencia Política y es colaborador hono- rífico de la Facultad de Ciencias Políticas (UCM). Miembro del Consejo Editorial de la revista www.kosmospolis. com y autor de Los papeles secretos de Franco, La España totalitaria, 23-F: El golpe del Cesid, Las cartas de Franco, Franco y Juan Carlos. Del franquismo a la Monarquía, y 23-F, el Rey y su secreto. Es coautor junto con Stanley G. Payne de Franco, mi padre. La versión inglesa de Franco. Una biografía personal y política se ha editado en otoño de 2014 en Estados Unidos (Wisconsin Press).

“Este libro, impecablemente basado en las fuentes disponibles y redactado con buen juicio, bien podría ser la obra definitiva sobre la figura de Francisco Franco” Walter Laqueur

 

5. Conclusiones más destacadas


Stanley G. Payne y Jesús Palacios han escogido para este dossier las ocho conclusiones más destacadas de su obra. Algunas de ellas se amplían, después, en el apartado titulado Desmontando mitos.

1. Franco aceptó siempre la legitimidad de la Segunda República, aunque discrepó de muchas de sus políticas, especialmente del periodo en el que gobernaron las izquierdas.

2. No conspiró contra la República y respetó todas sus leyes hasta el mes de junio de 1936, aun a costa de ganarse la animadversión de sus compañeros de armas, que llegaron a calificarle de Miss Islas Canarias, por su aparente falta de valor para enfrentarse al gobierno republicano.

3. Durante la Guerra Civil, no ordenó el bombardeo sistemático e indiscriminado de ciudades republicanas. De hecho, su estrategia de guerra aérea fue más limitada y más humana que las de Gran Bretaña y Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

4. Al contrario de lo se ha dicho muchas veces, Franco sí tuvo interés – durante los años 1940 y 1941– en entrar en la guerra europea, pero no a cualquier precio. Uno de los puntos de fricción con Hitler fue el paso de tropas alemanas por España para atacar Gibraltar; su Estado Mayor diseñó un plan por el que ese ataque lo realizaría en solitario el ejército español.

5. Franco ordenó, también, la preparación de un plan para la invasión de Portugal (1940)

6. Su política siempre fue favorable a la Alemania Nazi en la medida de lo posible. Hasta después de la caída de Mussolini, quiso ser el último amigo importante del III Reich.

7. A pesar de la liberalización de su política económica y de aspectos de su régimen, nunca cambió de opinión en sus ideas políticas básicas. Siempre creyó que, a largo plazo, era inevitable el retorno a unas estructuras más autoritarias y estatalistas.

8. A pesar de su manía recurrente contra la Masonería, llegó a afirmar que en Gran Bretaña y Estados Unidos los masones eran buenos, centrando sus ataques al Oriente español.

6. Desmontando mitos


La desclasificación de numerosos documentos secretos y el acceso a las fuentes primarias, han permitido a los autores desmontar muchos de los mitos que han rodeado durante décadas la figura de Francisco Franco. Usamos los textos originales de la obra.

1. No fue el represor de Asturias “La leyenda que surgió posteriormente, según la cual Franco se lanzó desde un principio a una «brutal represión» de trabajadores en Asturias, es absoluta- mente falaz. La huelga general se tornó violenta en septiembre y Franco no tenía ya ninguna responsabilidad en ese momento, sino que recaía en el comandante de la guarnición de Oviedo, general Ricardo Burguete, de ideas liberales, de quien se dijo que había comentado que los revolucionarios serían «cazados como alimañas». Franco fue designado miembro de un tribunal militar para juzgar algunos casos de trabajadores que habían violado la ley marcial. (...) Todo aquello le puso frente a frente con el auge de la movilización revolucionaria en España, y más tarde afirmaría que la experiencia de la huelga general le abrió los ojos sobre los problemas sociales del país y despertó su simpatía por las duras condiciones de vida de los mineros. Pero seguía siendo un estricto ordenancista obsesionado con la disciplina, y el tribunal militar dictó penas de prisión para algunos mineros.” (p. 52)

2. No era un reaccionario de ultraderecha En una carta a su hermano Ramón, refugiado en Portugal “tras un fallido alzamiento republicano en diciembre de 1930, Franco señalaba que «la evolución razonada de las ideas y de los pueblos, democratizándose dentro de la ley, constituye el verdadero progreso de la Patria, y toda revolución extremista y violenta la arrastrará a la más odiosa de las tiranías». Aquellas palabras resultaron ser una fiel predicción del futuro de España, que acabaría arrastrada a la Guerra Civil, y también mostraban que Franco no era del todo contrario a las reformas democráticas, siempre que fueran legales y ordenadas, preferentemente establecidas bajo la monarquía.” (p. 88) “Franco había dejado claro que no quería tener nada que ver con la extrema derecha, que en aquellas circunstancias estaba condenada al fracaso, por lo que desde un enfoque pragmático prefería una alternativa conservadora, aunque inicialmente fuera un proceso lento. Sin embargo, tomó nota de la fundación del movimiento fascista Falange Española en Madrid en octubre de 1933.” (p. 108)

3. El antisemitismo no fue un rasgo de su personalidad “No era un sentimiento profundo. Franco pensaba que el principal peligro que representaban los judíos era su contribución al capitalismo financiero internacional y al comunismo, en los que, comparativamente, eran una parte menor. Por el contrario, tenía una opinión bastante favorable de los judíos sefardíes marroquíes que hablaban español, los únicos judíos a los que había conocido personalmente. La mayoría esperaba obtener la nacionalidad española y parecían gente honesta en la que se podía confiar.” (p. 108)

4. Su fobia antimasónica no era absoluta “(Su oposición a la masonería) constituyó una idea extrema y obsesiva que, para el ámbito español, no era del todo sorprendente, por cuanto los masones habían desempeñado un papel importante en los movimientos izquierdistas y liberales desde principios del siglo XIX, y muchos de los cargos electos de la izquierda republicana en 1931 eran masones (...) Pero Franco no ignoraba que muchos masones españoles eran liberales moderados que cada vez estaban más en desacuerdo con los objetivos de la izquierda. (...) Algunos oficiales veteranos conocidos por ser masones, por ejemplo, conservaron sus puestos, o incluso fueron ascendidos a puestos más importantes, siempre que demostraran capacidad y fiabilidad, lo cual significa que en 1935 la fobia antimasónica de Franco no era absoluta.” (p. 124) “Después de establecerse buenas relaciones con Estados Unidos y al tener que aceptar que la mayoría de los masones norteamericanos actuaban de buena fe e incluso eran «buenos». Como si se tratase de una concesión a Washington, fue olvidándose de la masonería en sus discursos y en su catálogo de males, y cada vez más percibía que el verdadero mal era el comunismo. (p. 444)

5. La liberación del Alcázar no fue un capricho “Nunca existió la posibilidad cierta de lanzar un asalto inmediato a Madrid a finales de septiembre, porque las fuerzas de Franco estaban lejos y no se contaba con la suficiente concentración de tropas. El retraso de un mes no se debió solo a la liberación del Alcázar, aunque fuese un factor, sino principalmente a los recursos limitados de los nacionales, junto con la decisión de destinar refuerzos a otros frentes que estaban en peligro de sucumbir. Dada la enorme publicidad generada en el interior y en el extranjero por la defensa del Alcázar, no fue sorprendente que Franco decidiera ir a liberarlo inmediatamente. Algunos de sus críticos lo han acusado de que su principal motivo fue llevar a cabo un gran golpe de propaganda y publicidad que cimentaría su candidatura a la jefatura única. No es descartable que así fuera, aunque no hay pruebas evidentes que apoyen esa teoría y, de hecho, la elección de Franco por parte de la Junta en ningún caso dependió de la liberación del Alcázar (p. 181)

6. Su retraso en la cita con Hitler en Hendaya no fue deliberado “El encuentro Franco-Hitler llegaría a ser el acontecimiento más mitificado de toda la vida de Franco, la única ocasión en la que se supone que alguien dejó sin palabras al locuaz Führer. El primer elemento del mito gira en torno al breve retraso con el que el tren de Franco llegó a la estación de Hendaya, y que la propaganda ha manipulado como si se tratara de un gesto supuestamente deliberado de Franco para hacer esperar a Hitler y ponerlo nervioso. Pero lo cierto es que el retraso se debió únicamente al desastroso estado de las líneas y de los ferrocarriles españoles desde la Guerra Civil, algo que avergonzó al propio Franco.” (p. 306)

7. No es cierto que tuviera el brazo de Santa Teresa en la mesilla “Franco creía con devoción en la eficacia de las reliquias (...) El brazo incorrupto de Santa Teresa fue robado durante los saqueos revolucionarios de conventos en 1936, pero pudo recuperarse tras la conquista de Málaga en febrero de 1937, al hallarse en el interior de una maleta llena de dinero y joyas. Fue entregado al Caudillo como regalo, y luego de una ceremonia solemne de purificación que tuvo lugar en Salamanca, lo conservó consigo mientras duró la Guerra Civil. En 1939 Franco obtuvo el permiso de la Iglesia para quedárselo de por vida y mantuvo el brazo en un relicario especial en su dormitorio (pero no en la mesita de noche, como durante mucho tiempo habían dicho las versiones más sensacionalistas).” (p. 445)

8. No hablaba de negocios en las partidas de caza “Los interesados en los negocios, sin embargo, apenas conseguían algún beneficio colateral por participar en las partidas de caza, porque Franco se negaba de forma tajante a que le molestaran con asuntos económicos. (p. 450)

9. Franco renunció al proyecto de bomba atómica española “Resulta curioso que tras la muerte de Franco se levantaran muchas voces en un acto de pura propaganda, enfatizando que el sueño del dictador era conseguir la bomba atómica y que lo intentó hasta el final, cuando la historia real es la opuesta: fue el propio Franco quien detuvo el proceso e impidió que España tuviera la bomba nuclear.” (p. 502)

7. A modo de retrato a vuelapluma


En década de los 50, Franco había pasado de ser una «bestia fascista» a erigirse en el «centinela de Occidente». De todo ello se derivaba un creciente sentimiento de complacencia y autosatisfacción. Bañado en un mar de ostentosa retórica por parte de su propia prensa, mantenía una total indiferencia respecto a las duras críticas que aún llegaban del exterior.

Superó las pruebas más difíciles en los primeros once años del régimen, cuando estaba en su mejor momento, era relativamente joven, tenía vigor y una gran resistencia emocional. Pero sus últimos veinticinco años de vida, envejecido y sin su característica agudeza, supondrían un período de administración rutinaria.

Era educado y correcto en sus modales, pero rara vez se mostraba cordial, excepto en algunas reuniones informales. Cuando en privado estaba de buen humor, podía ser muy hablador. Desde el punto de vista de su hija Carmen, la personalidad de Franco comenzó a cambiar cuando se convirtió en Generalísimo: aunque en privado continuaba siendo modesto y humilde ante sus visitas más ilustres, con el paso de los años fue adquiriendo una conducta arrogante y severa.

Las palabras de elogio eran escasas, incluso para aquellos en quienes confiaba y apreciaba. La severa conducta que desarrolló durante décadas en el seno del ejército se convirtió en una característica de sus modales en las situaciones delicadas, pero fue cuajando cada vez más hasta convertirse en rutina. Esto le permitía discutir sobre asuntos incómodos y problemáticos sin alterar la expresión de su cara o el tono de su tranquila voz aflautada.

Una de las cualidades más atractivas de Franco fue su optimismo. Rara vez comunicaba un sentimiento de preocupación, y su confianza en sí mismo fue siempre un factor clave en su liderazgo. El resultado de la Guerra Civil, junto con su supervivencia durante la década de los cuarenta, le convenció de que su papel en el mundo era providencial y de que estaba predestinado: «Caudillo de España por la gracia de Dios».

Sus austeras costumbres personales nunca se modificaron. Fumar no le atraía y no bebía más que un vaso de vino en las comidas. Si tomaba café, era descafeinado, de modo que rechazaba los estimulantes artificiales.

8. Estructura de la obra


Franco está escrito de forma cronológica, desde el nacimiento de Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado-Araújo y Pardo de Lama –que era su nombre completo– en 1892, hasta su muerte en 1975.

El texto principal se estructura en 20 capítulos a los que hay que añadir una conclusión sobre Franco desde una perspectiva histórica y los ya señalados apartados de notas y bibliografía, además de un extenso índice onomástico.

«Yo no haré la tontería de Primo de Rivera. Yo no dimito; de aquí al cementerio» (Francisco Franco al general Kindelán)


1. La forja de un militar español (1892-1913) “Todo apunta a que de los cuatro hijos que le sobrevivieron, el único por el que Nicolás no mostró el menor interés personal fue por su segundo hijo, Francisco, conocido en la familia como Paco o Paquito. El muchacho era pequeño y delgaducho, aunque duro, introvertido e inclinado a identificarse con su adorada madre (...) nunca pudo superar la antipatía que sentía hacia su padre (...) De esta herencia irregular, que un psicoanalista podría examinar desde el punto de vista de los roles sexuales, resultó un adulto de una llamativa austeridad, autocontrol y determinación, con un gran respeto por la familia, la religión y la tradición, pero también una persona que a menudo se mostraba frío, adusto e implacable, con una capacidad limitada para responder a los sentimientos de los demás, una personalidad capaz de generar admiración y respeto, con una sorprendente habilidad para imponer su liderazgo, pero que restringiría su calidez humana a un pequeño círculo de familiares y amigos.”

2. El general más joven de Europa (1913-1926) “A Franco no se le concedió ese nuevo destino en Marruecos por casualidad. Solo los mejores oficiales jóvenes eran seleccionados para mandar a los Regulares, y él, en las acciones de 1912, ya había demostrado que sabía cómo mantener la cabeza fría y conducir a sus hombres bajo el fuego enemigo. Poseía las principales características: valentía, serenidad, claridad mental bajo presión y capacidad de mando (...) Sus unidades indígenas respetaban su valor y también el hecho de que aplicaba el reglamento militar honestamente y era sensible y eficaz a la hora de dirigirlas. Franco insistía en mantener una férrea disciplina y vivía personalmente bajo el mismo código que sus hombres.”

3. Director de la Academia General Militar (1926-1931) “Franco no se había comprometido con Primo de Rivera per se, prefería un sistema autoritario a un régimen parlamentario por sufragio directo5. Esto reflejaba de forma significativa el desarrollo de su pensamiento político tal como fue. Sin embargo, no se había convertido en partidario de la extrema derecha, y se consideraba estrictamente un militar profesional que prefería mantenerse al margen de la política (...) Una de las conclusiones a las que llegó el Dictador [Primo de Rivera] fue que las divisiones en el seno del ejército se originaban, al menos en parte, en el hecho de que desde 1893 existían cuatro academias militares separadas: infantería, caballería, artillería e ingeniería. Por ello consideró que se podría alcanzar un espíritu unificado del ejército en su conjunto, y con dicho fin restableció la Academia General Militar en febrero de 1927, donde se proporcionaría instrucción básica a los oficiales, aunque los miembros de los cuerpos técnicos seguirían su propia formación especializada. También llegó a la conclusión de que Franco era el hombre apropiado para dirigirla.”

4. Del ostracismo a Jefe del Estado Mayor (1931-1936) “La carrera de Franco bajo la República fue variando de acuerdo a las tres fases políticas que se dieron en dicho período: la fase izquierdista reformista de 1931 a 1933; la contrarreforma del centro y la derecha durante el bienio 1933-1935 y el régimen cuasi revolucionario del Frente Popular desde febrero de 1936 y la explosión revolucionaria en la primavera. Desde un principio Franco dejó clara su posición: lamentó el final de la monarquía y no vio con buenos ojos el advenimiento del nuevo régimen, aunque obedeció las órdenes y acató las decisiones del gobierno establecido, cuya legitimidad nunca desafió (...) Con ello reafirmaba sus principios fundamentalmente conservadores, al tiempo que subrayaba un credo de profesionalidad apolítica con independencia de cuáles fueran sus sentimientos personales. Fue una posición que mantendría durante algún tiempo y que no abandonaría del todo hasta cuatro días antes del comienzo de la Guerra Civil.”

5. El colapso de la República (1936) “Existen abrumadoras evidencias de que durante semanas se negó a comprometerse [en julio de 1936] en serio con unos u otros, asegurando que aún no había llegado el momento para llevar a cabo una acción drástica e irrevocable, y que la situación en España todavía podía resolverse. No tenía la menor ilusión en la rebelión armada, que veía como una empresa desesperada y con mayores probabilidades de fracaso, con la certeza de que la izquierda dictaría penas capitales contra sus líderes. Una insurrección prematura, organizada de un modo inadecuado, empeoraría aún más la situación.”

6. Franco se convierte en Generalísimo (1936) “La única posibilidad de victoria parecía residir en las unidades de élite de Franco en Marruecos, los últimos cuadros militares verdaderamente dispuestos para el combate en ambos bandos, aunque la Legión y los Regulares sumaban solo 21.000 hombres (...) Franco fue el último general de división en unirse a la conspiración, pero, una vez que lo hizo, actuó con una absoluta decisión y seguridad en sí mismo (...) ningún otro general tenía aquella rara mezcla de disciplina, experiencia en combate, tacto político y discreción, contactos en el extranjero y capacidad de mando.”

7. La forja de una dictadura (1936-1939) “Es muy posible que los mandos militares que elevaron a Franco a la jefatura suprema pensaran al principio que sería una especie de primus inter pares, pero esa idea no se ajustaba al pensamiento de Franco (...) Desde el principio ejerció un poder personal pleno y una firme autoridad sobre todos los mandos militares, hasta el punto de que algunos de los que le habían votado se sorprendieron pronto por la forma distante e impersonal y la extensión de su autoridad. En sus últimos años y en referencia a ello confesaría que al ser elevado a la Jefatura del Estado lo primero que hizo fue «meter en cintura a los militares». La actividad política de grupos y partidos dejó de existir en la zona nacional (...) En el nuevo sistema, la Iglesia fue más importante que cualquier otra institución, salvo la militar.” “Fue una guerra de baja intensidad con batallas de alta intensidad”

8. La victoria en la Guerra Civil (1936-1939) “La extensa jefatura de Franco comenzó con el revés militar que supuso no poder tomar Madrid en el otoño de 1936. Aquel sería su único error importante en toda la Guerra Civil. Durante los seis primeros meses, intentó mantener su ventaja cualitativa apoyándose en las mejores unidades del ejército y, en especial, en la Legión y los Regulares, las mejor preparadas y organizadas (...) Durante el sitio de Oviedo, Franco rechazó la evacuación de la ciudad o su rendición, marcando la que sería su línea política estratégica y táctica a lo largo de la guerra: ningún frente secundario sería abandonado. Todos los sectores, incluso aquellos con un valor estratégico limitado, debían defenderse con tenacidad, porque en este tipo de conflictos, la moral y el prestigio, junto con la opinión internacional, así como el control total del territorio, iban a ser fundamentales. Ninguna derrota, por pequeña que fuera, debía aceptarse.”

9. Franco y la represión de los nacionales (1936-1945) “En la actualidad se acepta que el número de ejecuciones a manos de los revolucionarios izquierdistas fue de cerca de 56.000, mientras que el de los nacionales fue superior, con estimaciones que van desde los 60.000 a los más de 100.000 ejecutados. Las cifras más altas revelan una imposibilidad demográfica, por lo que la estimación cercana a las 80.000, si se suman las víctimas durante la guerra y las de los años más duros de la represión en la posguerra, resulta la más fiable (...) En los primeros meses, Franco tuvo poco que ver con la represión, que habría adoptado la misma forma aunque él no hubiera existido (...) La represión se mantuvo de manera oficial en manos de los tribunales militares durante muchos años. España continuó viviendo bajo la ley marcial durante toda una década, hasta que finalmente se levantó el 7 de abril de 1948 (...) Pese a su gravedad, la represión franquista no fue del tipo estalinista-hitleriano, que efectuaba una liquidación sistemática basada en criterios abstractos relacionados con la clase o la etnia (...)Un informe posterior que se elaboró para Franco llegaba a la conclusión de que se dictaron en total casi 51.000 sentencias de muerte, de las que no menos de 28.000 se cumplieron”

10. De la Guerra Civil a la Guerra Mundial (1939-1940) “Tras su victoria total, Franco estaba convencido de que podría inaugurar una nueva era en la historia de España, que no solo transformaría la política y la cultura, sino que, además, conseguiría la modernización económica y, sobre todo, elevaría el papel internacional del país y su posición entre las naciones (...) Franco le confesó a Larraz en una ocasión, «prefiero a los [ministros] dóciles más que a los eficaces», lo que durante algún tiempo constituiría un problema para el régimen, hasta que fue capaz de encontrar ministros que fueran tanto dóciles como eficaces (...) El bienio 1940-1942 fue una época de graves penurias y de sufrimiento para la mayor parte de la población, con unas condiciones desesperadas que continuarían en las zonas rurales del sur durante varios años. La política exterior de Franco se decantó hacia Italia y Alemania, las dos potencias que habían hecho posible su victoria. Al aumentar la tensión en Europa en el verano de 1939, Franco utilizó el término «hábil prudencia» para describir la política exterior española.” «No es una cuestión en absoluto de si España quiere o no entrar en guerra; eso ya se decidió en Hendaya. Es solo una cuestión de cuándo» (Franco a Eberhard von Stohrer, embajador alemán - 1940)

11. La gran tentación (1940-1941) “El 12 de junio de 1940 se anunció oficialmente que ante el conflicto europeo España se declaraba no beligerante (...) El principal argumento de disuasión de Londres (hacia España) se basó en su capacidad para regular las vitales importaciones españolas por mar, su estrategia clandestina consistió en sobornar con importantes sumas de dinero a muchos altos mandos militares españoles (...) No hay evidencias de que ninguno de los generales españoles sobornados ejerciera alguna influencia decisiva sobre Franco (...) Al Caudillo, el Führer le parecía un instrumento de la divina providencia, un vengador histórico y un justiciero enviado para revolucionar el orden internacional y vengar las ofensas causadas por Francia y Gran Bretaña, y restaurar a los pueblos dignos de Europa, como España, al justo lugar que merecían (...) Con la entrada de España en la guerra junto al Eje, lo que Franco podía ofrecer y garantizar a Hitler era la toma de Gibraltar y la expulsión de las fuerzas británicas del Mediterráneo occidental, junto con algunas concesiones económicas, como los depósitos de minerales de Marruecos.”

12. Sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial (1941-1945) “Al tiempo que la guerra se iba extendiendo y los problemas internos se agudizaban, los grupos monárquicos también se hicieron más activos. Durante el bienio 1940-1941 buscaron el apoyo de Alemania para forzar a Franco a la restauración de la corona (...) En un discurso que el 1 de octubre dirigió al Consejo Nacional del Movimiento, Franco definió la política de España como de «neutralidad vigilante», la primera vez que se utilizaba tal término en tres años (...) El Caudillo fue partidario de Hitler durante la mayor parte de la guerra y cometió enormes errores, pero su visión de las relaciones de posguerra con la Unión Soviética coincidía en gran medida con la de Churchill, y era más realista que la mantenida por Roosevelt.”

13. Franco acorralado (1945-1953) “El ostracismo impuesto al gobierno español tras el final de la Segunda Guerra Mundial fue un hecho sin precedentes en la historia moderna de Europa occidental (...) Lo más parecido a una verdadera alternativa a Franco era el pretendiente al trono, don Juan de Borbón (conde de Barcelona), heredero de Alfonso XIII, que vivía exiliado en Suiza y podría conseguir el apoyo de buena parte de la derecha, e incluso, quizá, de la izquierda moderada (...) Durante los seis primeros años de poder absoluto, el régimen había creado una amplia y sólida red de intereses mutuos —la oposición los llamaba «complicidades»— con toda la élite de la sociedad y también con buena parte de las clases medias, incluida la población católica rural, a la que había salvado de la revolución, y habían sido capaces de mantener su modo de vida con el rayo de luz de alguna mejora y modesta prosperidad.”

14. Franco en su cénit (1953-1959) “Después de 1953 Franco alcanzó el punto más alto de su limitada rehabilitación internacional. Al año siguiente el gobierno español ingresó en la Organización Mundial de la Salud y en 1955 España se convirtió en miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas (...) Aunque los gobiernos socialdemócratas de Europa occidental nunca llegaron a aceptar totalmente su régimen, sí alcanzó una relativa normalización en las relaciones diplomáticas y económicas, que se incrementarían en los años posteriores (...) [En 1957, tras recortar el poder de la Falange] Franco no quería designar a otro grupo de poder, como los monárquicos o los políticos de extracción católica, de modo que eligió un gobierno en el que los ministros clave fueron seleccionados por su competencia profesional y no por su identidad política. Algunos de los puestos importantes fueron para miembros del Opus Dei (...) El año de 1959 se cerró con un gran acontecimiento público para Franco: la primera visita de un presidente norteamericano a España. Dwight Eisenhower pisó suelo español el 21 de diciembre.”

15. Franco de puertas hacia dentro (Véase el apartado A modo de retrato a vuelapluma, pág. 10)

16. Dictador en el desarrollo (1959-1964) “El año 1959 marcó un punto de inflexión en la historia del régimen de Franco al poner en marcha la liberalización de la política económica, que resultaría decisiva para el crecimiento acelerado que transformó la sociedad y modernizó España. (...) Franco fue un «regeneracionista» que perseguía un decisivo desarrollo económico del país, al tiempo que restauraba y mantenía un marco cultural conservador, por muy contradictorios que fueran tales objetivos. Aunque pocos lo habían previsto y anticipado en aquel momento, la década de 1950 fue la última de la cultura y la sociedad tradicional española, y pronto se transformaría gracias a los grandes cambios de los años siguientes (...) El Plan [de desarrollo de 1959] tendría paralelamente unas consecuencias sociales y culturales desastrosas y contraproducentes para la contrarrevolución cultural que él había soñado (...) La de los sesenta fue una de las dos décadas en las que tuvo lugar la transformación más rápida que jamás se había visto en la sociedad española y en su estructura económica.” “El papel de su esposa se fue volviendo cada vez más destacado a medida que la pareja envejecía, llegando a controlar la agenda personal de Franco cuando su salud y vitalidad comenzaron a decaer”

17. Afrontando el futuro (1964-1969) “Con la economía ofreciendo unos resultados espectaculares, el asunto crucial durante la década de los años sesenta sería el futuro del régimen y la sucesión de Franco. El gobierno de 1962, al igual que el siguiente gabinete, designado tres años después, estaba dividido en dos facciones antagónicas: los ministros del Movimiento y sus aliados, por una parte, y los tecnócratas por otra. Los ministros del Movimiento, defendían el desarrollo político del régimen y mantenían su rechazo a la sucesión monárquica. A los tecnócratas, centrados en la economía, les preocupaban menos los asuntos políticos del día a día, pero estaban decididos a que el problema de la sucesión se resolviera en la persona de Juan Carlos (...) Cuando el 22 de noviembre de 1966 se presentó la Ley Orgánica del Estado para que fuera aprobada por las Cortes, Franco la defi nió como una «amplia democratización del proceso político» (...) Uno de los problemas irresolubles del régimen en los últimos años sesenta fue encontrar el encaje al Movimiento dentro del sistema (...) El 21 de julio de 1969 Franco presentó la designación de Juan Carlos a su Consejo de Ministros, y un día después lo hizo en las Cortes.”

18. Franco y la modernización de España “Los últimos veinticinco años del régimen de Franco, desde 1950 a 1975, fue el tiempo en el que tuvo lugar el mayor desarrollo económico sostenido y la mejora más notable del nivel de vida general en toda la historia de España. Solo Japón consiguió un crecimiento proporcional superior en dicho período (...) Durante tal proceso, la contrarrevolución cultural y religiosa que se produjo en la década de los cuarenta quedó socavada por las consecuencias no previstas de la modernización. Esta dio lugar a una profunda transformación social, cultural y económica que no solo alteró la cultura y la sociedad, sino que, además, tuvo el efecto de debilitar las instituciones básicas y los valores de Franco y su régimen.” “El régimen de Franco había inventado, o si se prefiere, había anticipado, lo que veinte años después sería «el modelo Chino»”

19. Los años del crepúsculo (1969-1974) y 20. La muerte de franco (1974-1975) “La designación de Juan Carlos en julio de 1969 resolvía la cuestión «Después de Franco, ¿quién?», pero no respondía al problema «Después de Franco, ¿qué?» (...) En aquel momento Carrero Blanco, y no Juan Carlos, era la figura que representaba la continuación del régimen.”

9. ¿Sabías que...


...Franco tenía un lejano parentesco, vía materna, con la escritora Emilia Pardo Bazán?

...Nicolás Franco padre –que era un liberal de izquierdas– fue muy crítico con él en público y en privado, asegurando que le resultaba increíble que hubiera llegado tan alto?

...solo fue herido en combate una vez, en 1916?

...su peculiar voz aflautada, al parecer se debía a una malformación congénita que tenía relación con una desviación del tabique nasal y un paladar inusualmente estrecho?

...en 1928, cuando fue nombrado primer director de la nueva Academia Militar General, prohibió las novatadas que él había sufrido como cadete?

...durante cinco meses de 1913, le envió no menos de 200 cartas breves y aproximadamente 100 postales a su primer amor, Sofía Subirán?

...tenía la extraña capacidad para quedarse dormido rápidamente, aún en las circunstancias más difíciles, y aprovechando las ocasiones para descansar siempre que era posible?

...su futuro suegro llegó a comentar en alguna ocasión que aceptar a Franco para su hija «sería lo mismo que casarse con un torero», por el riesgo de morir en la campaña en el Norte de África?

...cuando dirigía la Legión, un voluntario muy indisciplinado rechazó el rancho arrojando su plato al suelo y manchando a un oficial. Franco, con toda tranquilidad, lo mandó ejecutar en el acto y luego ordenó que todo el batallón desfilara por delante del cadáver?

...hizo un breve papel como actor en la película La malcasada, en la que interpretaba a un oficial que había regresado de Marruecos? No tenía voz para las artes escénicas, pero eso fue irrelevante dado que la película era muda

...la suscripción a una revista pudo explicar su anticomunismo visceral? En 1927, Primo de Rivera le regaló una suscripción al Bulletin de l’Entente Internationale contre la Troisième Internationale, una publicación periódica anticomunista que se convirtió en su revista de cabecera.

...recibió la Legión de Honor francesa por méritos de guerra gracias a sus campañas en Marruecos? El gobierno de París, además, lo invitó a participar en un curso especial para altos mandos que se celebró en Saint Cyr.

...solo hizo un amigo íntimo que no fuese militar? –Máximo Rodríguez Borrell, o Max Borrell, fue quien lo introdujo en el deporte de la pesca.

...rechazó la posibilidad de convertirse en ministro de la Guerra durante el gobierno de Lerroux en la Segunda República?

...José Antonio Primo de Rivera había tomado una fuerte aversión a Franco, al que consideraba astuto, calculador y poco fiable?

...la invocación «Franco, Franco, Franco» se copió del lema equivalente de los italianos «Duce, Duce, Duce»?

...un puñado de camisas viejas de Falange, descontentos e irritados por la dominación del partido en manos de Franco, organizaron a finales de 1939 una conspiración para asesinarlo? Para llevar a cabo su plan, buscaron la ayuda de Hans Thomsen, el Landesgruppenleiter –jefe del Partido Nazi– en Madrid. Aquellos planes se estudiaron y se rechazaron sucesivamente durante un año, y al final se abandonaron definitivamente en marzo de 1941.

...Joachim von Ribbentrop, ministro de Exteriores nazi, le pidió la cesión de la soberanía de Gran Canaria para convertirla en base naval alemana?

...en diciembre de 1940 el estado mayor presentó a Franco un «Estudio para el Plan de Campaña Nº 1» para la invasión de Portugal? ...tras la Guerra Mundial, la URSS acusó a España de estar fabricando en Ocaña bombas atómicas con ayuda de científicos nazis huidos?

...durante años publicó artículos con seudónimo en el diario oficial del Movimiento, Arriba?

...ofreció a Dwight Eisenhower enviar una división de voluntarios españoles para luchar en la guerra de Corea?

...el reconocimiento internacional y el ingreso en la OMS obligó al cierre de los burdeles, hasta entonces legales en España?

...disolvió y repatrió a Marruecos a su famosa Guardia Mora con un engaño? Los cargaron en camiones “para realizar un ejercicio de tiro”, pero los llevaron a la estación de tren con destino a Algeciras, Ceuta y Marruecos.

...Franco afirmaba con considerable júbilo que los españoles eran en general pacientes y sufridos. «Y la prueba de esto», dijo soltando una sonora carcajada, «es que han soportado mi régimen tanto tiempo».

...durante muchos años el jefe de cocina de El Pardo fue un antiguo sargento de la guardia civil de incuestionable lealtad y de limitado talento culinario?

...una de sus distracciones en sus últimos años eran las quinielas? Los boletos los rellenaba con su médico Vicente Gil y los firmaba como Francisco Cofrán.

...era muy aficionado al cine y se pasaron casi 2.000 películas en la sala de proyección de El Pardo? Los Franco convertían las tardes de los sábados en reuniones sociales, invitando a un selecto número de personas a su pequeño cine.

...en 1966 uno de sus aduladores en las Cortes sugirió que se declarase a Franco rey de España y que sus poderes se transmitieran de su hija a su nieto mayor?

...quiso otorgar el título de Príncipe de Borbón a Alfonso de Borbón, marido de su nieta María del Carmen, y fue don Juan Carlos quien le propuso que lo nombrara duque de Cádiz con tratamiento de alteza real “para evitar confusiones”?

...el general portugués Antonio de Spínola solicitó, en 1975, la intervención española en su país para evitar la radicalización de la Revolución de los claveles?

...durante los dos últimos años de vida, a veces aparecía con los ojos cerrados, como una forma de conservar la fuerza y la energía y no porque durmiera?

...los doctores Gil Escribano, que atendía a Franco, y Martínez Bordiu, su yerno, llegaron prácticamente a las manos en una discusión en el hospital en el que el Generalísimo agonizaba?

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