lunes, 11 de agosto de 2014

MOISÉS DOMÍNGUEZ NÚÑEZ: “Ojos Rotos”. El “Robert Capa” español: José Escandell


 
 ¿Quién no recuerda la frase lapidaria que dejó dicha Robert Capa?: “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente”. Quizás Capa no se aplicó el cuento cuando “cazó” la archifamosa foto del Miliciano en Córdoba: esté demostrado que fue un puro montaje escenográfico. Pero la frase no deja de tener su valor simbólico pues hubo otros reporteros gráficos que sí mordieron el polvo de las trincheras españolas e incluso dejaron la vida en el intento por dejarnos para la posteridad las imágenes de aquella guerra incruenta.


Es curioso que desde las distintas asociaciones de la Memoria Histórica tan amigas de los homenajes no se hayan rendido honores o haya habido un simple acto de reconocimiento para uno de las más intrépidos filmman españoles de aquella época.

Alguien podría pensar que nos referimos a Agustín Centelles, Alfonsito, Díaz Casariego… que nos dejaron miles de fotos sobre la contienda. No, desgraciadamente nadie se ha acordado de él. Quizás porque no cayó bajo las balas de un pelotón de ejecución o por que no fue represaliado y murió tras unos sacos terreros en un frente olvidado por el Gobierno frentepopulista.

El caso es que su nombre ha caído en el olvido más absoluto y su breve historia ha pasado totalmente desapercibida para la historia fílmica española. A pesar de que fue el primer operador de Cine español que murió  en “acto de combate” durante la Guerra Civil.

Tal es así, que ni  tan siquiera en la Filmoteca Nacional existe constancia de la existencia de ese joven cameraman en el índice de nombres del catálogo de la Guerra Civil. Consultados sus fondos la respuesta fue esta: “No he encontrado datos del camarógrafo que busca en el cine de la Guerra Civil”.

En España no hay una sola referencia y sin embargo su epopeya no nos dejará indiferentes. No hace mucho un historiador especializado en temas de la División Azul me comentaba que su esposa le reprochaba el hecho de que solo leyera historia dejando aparcada la novela. Él me contestó: “Para qué voy a leer novela si la historia supera la ficción”. Viene al caso este episodio pues la historia que les voy a relatar seria propia de un guión de una película Hollywoodiense sino fuera porque es tan real como la vida misma.

Al estudiar la figura de René Brut fui recopilando artículos de los más diversos lugares del mundo; Francia, Italia, EEUU, Australia... Sin embargo la sorpresa fue mayúscula cuando solicité datos sobre este camarógrafo galo a la Bibliothèque Royale de Belgica. Raymond Kestemont archivero del servicio de hemeroteca de la citada Biblioteca me remitió un articulo fechado el 16 de Octubre de 1936 del diario “La Libre Belgique titulado “L´aventure quotidienne des chasseurs d´images en Espagne” donde, junto a una breve referencia a René Brut y John Dored, se citaba el nombre de un operador de cine español totalmente desconocido para mí.

Cuando citamos el nombre de JOSE ESCANDELL, alguien podría pensar que nos estamos refiriendo al actor de los años 30 que intervino en la conocida película “Suspiros de España” (“Sehnsucht” en alemán) filmada en 1938 en Alemania. Pero aunque se llamaba igual este otro José Escandell era un cámara independiente –un freelancer- que trabajaba para una pequeña productora española.

Sin embargo, no era esta la primera vez que su nombre salía a relucir en la prensa internacional. El primer artículo que recoge las peripecias de este reportero se escribe en el número 410 de la revista cinematográfica francesa Cinemonde. Concretamente el 27 de Agosto de 1936 salía en la pagina seiscientos tres un artículo firmado por Carus y titulado “Le cinema en Espagne Sanglante”. Posteriormente en el número 48 del semanario luso “Cine-Jornal” de 14 de Septiembre de 1936, en la página cuatro, se reproducía dicho reportaje sin quitar ni poner una coma con la salvedad de que estaba traducido al portugués.

José Escandell era un joven de apenas 22 años que en 1936 se esforzaba por sobresalir en el duro mundo del documento cinematográfico ganando la muy respetable cifra de 500 pesetas al mes de la época. Se formó grabando las numerosas manifestaciones políticas que día sí y día también inundaban la capital de la República Española. También dejó constancia de su saber rodando las populares corridas de toros. Sin embargo la tormenta se desató el 17 de Julio de 1936 en esta piel de toro y otra “corrida” más astifina le esperaba al sur de Despeñaperros.

El 18 de Julio de 1936 Madrid es verdadero avispero, pero donde se “cuece todo el ajo” es en Sevilla, donde el General Queipo de Llano se ha hecho con la ciudad. Las grandes productoras extranjeras no tenían a ninguno de su ases en España. Era una oportunidad única para los reporteros patrios de ganar méritos y prestigio. En Cataluña se filma Movimiento revolucionario en Barcelona, documental que dio la vuelta al mundo donde se recogen las primeras imágenes contra la iglesia y la salida al frente de Aragón de las milicias de la  CNT-FAI. Escandell querrá emular a Mateo Santos. Así que sin encomendarse a Dios ni al Diablo este trotamundos de la cámara cogió algo de dinero, su viejo tomavistas Cinex (fabricado 10 años antes en los talleres Bordereau), objetivos, cabezas panorámicas y cintas de rodaje .El 18 de Julio de 1936 a las ocho de la tarde se subió al tren-correo que viajaba hacia el sur de España.

Como dijo mi paisano Arturo Pérez Reverte: “el ansia de aventura, la vocación, el cara o cruz de palmar o hacerte una reputación si sobrevives, empuja a coger una mochila y jugártela”. Eso es precisamente lo que hizo este joven, jugársela a cara o cruz.

A la altura del pueblo cordobés de Posadas el convoy hace alto. No ira más lejos. Escandell se sube a un camión que marcha a Sevilla. En un barrio periférico sevillano entra en “territorio comanche”. Una bala perdida de las fuerzas rebeldes acaba con la vida del camionero. Escandell toma el volante y llega el 19 de Julio hasta las mismas entrañas de la ciudad de la Giralda.

Allí empieza una frenética actividad .Se juega literalmente la vida rodando imágenes de los primeros movimientos militares hasta agotar la última bobina .Filma sin parar. Intuye la importancia de las cintas que ha rodado y hace las gestiones para enviar ese material a Madrid. Imposible remitirlas por vía férrea y carretera pues las todas las comunicaciones terrestres están cortadas .Su cabeza hierve sin encontrar una solución hasta que en un momento de inspiración planea sacar el valioso material por vía aérea. El aeródromo de Tablada no está lejos y  los aviones de las líneas regulares están evacuando a los súbditos británicos, así que aprovecha sus conocimientos de inglés y se hace pasar por un turista británico que viaja a Lisboa. Después de las gestiones y pagar “la mordida  correspondiente embarca en la aeronave “Tres Sports”.

El vuelo se realiza sin más contratiempos y el aparato aterriza en el aeropuerto de la Alverca cerca de Lisboa. Ocurre un verdadero desastre al bajar del avión, Escandell comprueba que las cajas que contienen  las bobinas están abiertas y que la luz ha dañado irremisiblemente las cintas. Irreductible al desaliento con el poco dinero que le queda compra en Lisboa nuevas bobinas vírgenes y el mismo 19 de Julio por la tarde regresa a Sevilla en el mismo avión. En el viaje de vuelta propone al piloto llevarlo a Madrid. Ya sea por el poder de seducción o por el espíritu emprendedor del joven reportero el piloto británico acepta.

Escandell volverá a filmar el día 20 de Julio a partir de las seis de la mañana cuando las últimas fuerzas frente-populistas se rinden a las tropas rebeldes del General Queipo de Llano. Al agotar todo el material fílmico. Vuelve a Tablada ya en poder de los rebeldes .El avión ha sido retenido, después de una larga discusión embarca en el avión ingles que pone rumbo hacia Madrid. Sobrevuela el territorio controlado por los gubernamentales. En principio la idea era aterrizar en el aeródromo de Getafe pero las cosas se tuercen y el piloto se niega aterrizar. El piloto propone a Escandell una solución rocambolesca: “Acepto sobrevolar Madrid pero no aterrizaré. Sin embargo puede utilizar el paracaídas…”.

José Escandell con todo su material se lanzó al vacío. El paracaídas funcionó y el valiente joven puso los pies en el aeródromo de Getafe. Su valioso material pasará por ser las primeras imágenes de Sevilla tomadas a los rebeldes y su casa las venderá a los noticiarios franceses Gaumont Actualites y Eclair Journal y al británico British Gaumont.

Gracias a esta hazaña, Escandell cambió su viejo aparato por una cámara moderna, una Debrie de 35mm. Pusieron un avión a su disposición, y todo tipo de ayuda. Frente a la inicial pasividad y despreocupación del bando “nacional”, la propaganda frentepopulista comprendió la importancia del documental como un instrumento más en la guerra de la información. El 21 de Julio de 1936 vuelve al frente, esta vez se desplaza hasta Zaragoza. Se colocará en las situaciones más peligrosas para poder filmar haciendo uso incluso del mosquetón en alguna ocasión para proteger la retirada de sus colaboradores.


El 11 de Agosto de 1936 filmará sus últimas imágenes. Escandell está en el frente occidental, en Mérida y los legionarios, en pleno ataque sobre la ciudad extremeña. Escandell, está filmando. Se le oye decir: “con esta maldita luz es imposible tomar una sola imagen”. En un momento dado queda al descubierto y una ráfaga de ametralladora que está en su campo de visión lo abate. Su cuerpo cae inerte sobre unos sacos terreros.

En los días siguiente en las pantallas de París y Londres, se verán los últimos fotogramas de José Escandell. Un mensajero había llevado a Portugal a través de Badajoz el material filmado en Extremadura y, vía aérea, (Air France), los había enviado a Francia y posteriormente a Londres.


Conclusión


Tan huérfanos como estamos de acciones heroicas en la parte frentepopulista durante la Guerra Civil, que este camarógrafo haya pasado desapercibido tantos años es para que más de un “prestigioso” historiador “se lo hiciera mirar”. ¿Dónde está todo este material? Sería interesante que desde el mundo académico, las instituciones y organismos públicos con capacidad económica, se hiciera un pequeño esfuerzo para  localizar y poner en valor el trabajo de José Escandell, el “Robert Capa” español.
Moisés Domínguez Núñez

 

 

 

 Fuentes

  • La Libre Belgique: 04/09/1936, 11/09/1936 y 16/10/1936 (Bélgica)
  • Cinemonde: 27/08/1936, pág. 603 (Francia)
  • Cine-Jornal: 14 /09/1936, pág. 4 (Portugal)
  • Emeterio DÍEZ PUERTAS: El Montaje Del Franquismo: La Política Cinematográfica de Las Fuerzas Sublevadas, Laertes editorial, S.A., 2002, pág. 149.

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