jueves, 20 de noviembre de 2014

EDUARDO PALOMAR BARÓ: A los 39 años del fallecimiento de Franco

Año 1975. El terrorismo 

 

Desde primeros de 1975 hubo una escalada de terrorismo, con asesinatos de varios agentes del Orden Público y otras personas particulares. En abril, dos policías y dos guardias civiles caen en el País Vasco. Tras estas muertes, el Gobierno acuerda el 25 de abril la declaración del Estado de Excepción por tres meses en Vizcaya y Guipúzcoa. Son anulados los artículos 12, 14, 15, 16 y 18 del Fuero de los Españoles. Son los que hacen referencia a la libertad de expresión, de residencia, reunión y asociación, inviolabilidad del domicilio y “habeas corpus”.



Poco después se declara materia reservada todo lo relacionado con el orden público en las dos provincias bajo excepción. A pesar de esto, los atentados continúan e, incluso, aparece una nueva modalidad de terrorismo contra personas vinculadas de alguna manera a ETA y contra nacionalistas vascos en general. No obstante esta situación, el 25 de julio de 1975 queda levantado el Estado de Excepción.

Durante el verano la violencia no sólo no continúa, sino que se incrementa. Los atentados, casi exclusivos hasta entonces del País Vasco, se producen también en otras ciudades: Madrid, Barcelona, Valencia... En la capital mueren violentamente tres miembros de las Fuerzas de Orden Público.

Decreto-Ley sobre Prevención del Terrorismo


En el Consejo de Ministros del 22 de agosto en el Pazo de Meirás, se decide poner en marcha el Decreto-Ley sobre Prevención del Terrorismo, que entra en vigor el día 27 tras ser firmado por el Jefe del Estado el día anterior. En el Decreto se establece un agravamiento de las penas por atentados contra la policía y en todo lo relacionado con militantes o simpatizantes comunistas, anarquistas y separatistas. También se aceleran los trámites judiciales y se dictan normas que afectan directamente a la Prensa y a los abogados defensores. Los artículos 15 y 18 del Fuero de los Españoles –inviolabilidad de la vivienda y “habeas corpus” quedan parcialmente suspendidos.

Cinco ejecuciones


Entre el 28 de agosto y el 19 de septiembre de 1975 se suceden cuatro consejos de guerra –uno en Burgos, dos en Madrid y otro en Barcelona en los que son condenados un total de once personas: tres militantes de ETA y ocho del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), como responsables de la muerte de dos guardias civiles y de dos policías.

El 26 de septiembre el Gobierno se da por enterado de cinco sentencias, mientras que el Jefe del Estado concede la gracia del indulto a los otros seis. En la mañana del 27 de septiembre son fusilados Juan Paredes Manotas “Txiki”, en Cerdanyola (Barcelona); José Humberto Baena Alonso, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez-Bravo, en Hoyo de Manzanares (Madrid) y Ángel Otaegui, en Burgos.

Tras las ejecuciones, se desató una campaña internacional orquestada contra el Régimen español en casi toda Europa, así como en Méjico. Junto a las manifestaciones pacíficas se producen acciones violentísimas en algunas ciudades de Europa. La mayor acción de este tipo tiene lugar en Lisboa, en donde prácticamente todos los objetos de la Embajada y de la vivienda del embajador español son pasto de las llamas.

Varios países retiraron sus embajadores en Madrid, que volvieron algunos días más tarde. Numerosos edificios, sedes diplomáticas, bienes y enseres de españoles en el extranjero fueron dañados en diversas ciudades europeas. 

Para contrarrestar los efectos de la campaña exterior y como muestra de adhesión al Jefe del Estado, se produce el 1º de octubre la gran manifestación patriótica de la Plaza de Oriente, coincidiendo con la recepción ofrecida por Franco a los representantes extranjeros para conmemorar el aniversario de su elevación a la Jefatura del Estado.

Entre medio y un millón de personas se reúnen para aclamar a Franco. En la mayoría de capitales de provincia españolas se producen ese mismo día o poco después, manifestaciones similares. Suponen un considerable balón de oxígeno para el Régimen que está pasando por uno de sus momentos más comprometidos.

El mismo 1º de octubre se atenta en Madrid contra otros cuatro policías. Morirán todos. En Guipúzcoa vuela por los aires, cuatro días después, un vehículo de la Guardia Civil. Tres víctimas más se suman a la ya larga lista. El día 18 de octubre cae bajo las balas otro miembro de la Benemérita. 

Acuerdos con Estados Unidos y autodeterminación del Sahara


Octubre ha sido, sin embargo, un mes de búsqueda de soluciones políticas a la crisis. También lo ha sido de grandes acontecimientos en política exterior. Y así, el 4 de octubre, tras un año de infructuosas negociaciones, España y Estados Unidos alcanzan un principio de entendimiento. Nueve días después de concluido el pacto de 1953, Cortina y Kissinger han logrado un acuerdo-marco que servirá para mantener las relaciones de cooperación entre ambos países. El día 14 se empieza a hacer público el informe de la misión de la ONU que había visitado Sahara durante la primavera. Tanto sus conclusiones como el dictamen del Tribunal Internacional de la Haya –hecho público dos días después, apoyan la tesis española de la autodeterminación para los habitantes del territorio. Hassan II anuncia de inmediato la invasión pacífica de la todavía colonia española, bajo el nombre de la “marcha verde”. La no salida a tiempo de este pedazo del Magreb ha convertido al Sahara en el principal problema de la política exterior española.

La última enfermedad de Franco


En la tercera semana de octubre se produjeron rumores acerca de una nueva enfermedad del Caudillo. El 20 de octubre los rumores se acrecentaron y llegaron a su clímax el martes día 21 de octubre, en que alguna emisora extranjera llegó a decir que había fallecido. La Casa Civil del Jefe del Estado dio a conocer una nota señalando que había padecido un proceso gripal que se complicó con una insuficiencia coronaria aguda. El comunicado decía también que la crisis había sido superada, aunque no incluía ningún boletín médico oficial.

A las 8:10 de la noche del 21 de octubre, la Dirección General de Coordinación Informativa dio a conocer que el estado de Franco había sufrido una complicación. Según nota facilitada por la Casa Civil del Jefe del Estado, “en el curso de un proceso gripal, Su Excelencia el Jefe del Estado ha sufrido una crisis de insuficiencia coronaria aguda, que está evolucionando satisfactoriamente, habiendo comenzado ya su rehabilitación y parte de sus actividades habituales. A las diecinueve horas del día de hoy, Su Excelencia el Jefe del Estado recibió en su despacho al presidente del Gobierno, con quien mantuvo una conversación de cuarenta y cinco minutos”.

Este primer texto se proponía tener efectos tranquilizadores para el país, alertado e inquieto por toda una serie de rumores que circulaban por la falta de noticias oficiales. Junto a ello se informó que seguían suspendidas las audiencias. El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Vicente Enrique y Tarancón, pidió rogativas a todos los diocesanos por la salud de Franco.

La evolución de la enfermedad parecía favorable, hasta que el día 23 se dijo que “el Jefe del Estado ha experimentado un retroceso y han aparecido signos incipientes de insuficiencia coronaria”. La poca información oficial que se facilitaba sobre el tema hizo que crecieran los rumores. Varios procuradores en Cortes manifestaron su malestar y se declaró públicamente que “en condiciones normales y mientras las circunstancias no aconsejen lo contrario”, habría un parte médico a las dos de la tarde, a media mañana y a media tarde, y sendas informaciones de las Casas Militar y Civil del Jefe del Estado. El ministro de Información y Turismo reconoció en rueda de Prensa “que tal vez se pudo intentar sólo ganar unas horas”, pero que se había hecho porque “la delicadeza del tema y la conveniencia, aconsejaban disponer de un refrendo oficial”.

Alternativas en la gravedad


Se entró en un período estable, con tendencia a mejorar, según los partes. Pero en el emitido a las 8:30 de la noche del 28 de octubre, los médicos señalaron que el “estado es extraordinariamente grave”. Había aumentado la hemorragia digestiva y se presentaba parálisis intestinal. Después se entró en un período estacionario dentro de la gravedad y aún de mejoría, pero sin muchas esperanzas. El Príncipe, Jefe de Estado en funciones La enfermedad de Franco no sólo fue un acontecimiento que polarizó la atención mundial, sino que hizo detener casi la vida nacional. En espera de la mejoría o de la puesta en funcionamiento del mecanismo sucesorio, no hubo en principio delegación de funciones. Así pasaron varios días sin que se firmasen leyes ni decretos. Finalmente, el 30 de octubre el Príncipe don Juan Carlos pasó a desempeñar la Jefatura del Estado en funciones. Al día siguiente presidió el Consejo de Ministros en el Palacio de la Zarzuela, mientras Franco seguía grave.

Primera intervención quirúrgica


El sábado, día 1 de noviembre, Franco oyó misa junto con sus familiares y comulgó. Parecía experimentar una leve mejoría, pero a las tres de la tarde del día 3 se presentaron síntomas muy alarmantes, que desembocaron en una “hemorragia gástrica masiva incoercible”. Los médicos decidieron operar y se preparó un quirófano en la enfermería del Cuerpo de Guardia de El Pardo. Se intervinieron una úlcera y cuatro erosiones gástricas, siendo el pronóstico “muy grave”. El postoperatorio se presentó satisfactorio, aunque el día 4 surgieron signos de tromboflebitis, que lograron contenerse.

Segunda operación


A los cinco días de la operación, se tuvo que realizar otra. Fue el 8 de noviembre y consistió en una “recesión gástrica subtotal”. La intervención fue llevada a cabo por el doctor Hidalgo Huertas. Para atender al Jefe del Estado se le trasladó a la Ciudad Sanitaria de “La Paz”, donde quedó internado. El Caudillo permaneció cuatro horas en la mesa de operaciones y los partes médicos de los días siguientes indicaron mejoría, aunque sin salir de la gravedad.

El 11 de noviembre se dijo que se habían detectado pequeños focos de congestión y edema en bases pulmonares, que eran tratados. Al día siguiente, cundió nuevamente la alarma por la salud de Franco y se difundió que seguía aumentando la gravedad.

Tercera intervención


El viernes 14 de noviembre, Franco volvió a entrar en el quirófano de “La Paz”. Existían síntomas de que se había roto una sutura, ya que dado el estado general del enfermo, apenas se cicatrizaban las heridas operatorias. Se efectuó una nueva sutura y el pronóstico fue de “gravísimo”. Las hemorragias y las operaciones habían roto una sutura. 

 

Fallecimiento


En los días siguientes la gravedad se mantuvo y aumentó. El día 18, fueron llamados a “La Paz”, de madrugada, los familiares de Franco y los jefes de sus Casas Civil y Militar. Ello se debió a que Franco sufrió una nueva hemorragia. Luego hubo posteriores complicaciones en su ya grave estado, que desembocaron en la muerte, que acaecía a las 4:30 de la madrugada del 20 de noviembre de 1975.

Último comunicado
El Caudillo ha entrado en el período final”. Los servicios informativos de la Dirección General de Coordinación Informativa, comunicaron a las cinco menos cinco lo siguiente: “Las Casas Civil y Militar comunican, a las 4:30 horas, que, según informan los médicos de turno que atiende a S.E. el Jefe del Estado, en la Ciudad Sanitaria La Paz, de la Seguridad Social, el Caudillo ha entrado en el período final. Madrid, 20 de noviembre de 1975”.

El ministro de Información y Turismo comunica el fallecimiento de Franco


A las 6:13 horas, Radio Nacional de España, en conexión con todas las emisoras españolas, comunicó: “Atención españoles, habla el ministro de Información y Turismo”. “Con profundo dolor y sentimiento doy lectura al comunicado siguiente: a día 20 de noviembre de 1975. Las Casas Civil y Militar de S.E., informan a las 5:25 horas que, según comunican los médicos de turno, S.E. el Generalísimo acaba de fallecer por parada cardiaca, consecuencia de un shock tóxico por peritonitis”.

El ministro español manifestó que a las diez de la mañana el presidente del Gobierno se dirigiría a la nación por radio y televisión. Y a continuación añadió: “Desde la misma tristeza en esta hora dolorosa para España a la que Franco entregó toda su vida, recemos una oración por su alma y tengamos, al propio tiempo, un recuerdo muy especial para su familia que hoy está en la vanguardia del inmenso dolor nacional”. 

Tras las palabras de León Herrera Esteban, Radio Nacional emitió el Himno Nacional español.

En el momento del óbito se hallaban junto al Caudillo sus hijos los marqueses de Villaverde, sus nietos Francisco, Cristóbal, Merry, Mariola y el duque de Cádiz. Dos horas antes habían abandonado “La Paz” la duquesa de Cádiz y Rafael Ardid.

Doña Carmen Polo de Franco recibió la noticia del fallecimiento de su esposo, por el marqués de Villaverde, con gran dolor pero al mismo tiempo con gran resignación y entereza.

Francisco Franco Bahamonde murió a los 82 años de edad, tras 49 de general y 39 años un mes y veinte días al frente del Estado español. El óbito se produjo después de 39 días de luchar contra la muerte y coincidió con el 39 aniversario del asesinato, por las hordas rojas, de José Antonio Primo de Rivera, en el patio de la cárcel de Alicante.

En esa hora triste para la Patria, desaparecía el que con tanta abnegación, llevada hasta el heroísmo de una manera casi permanente, se sacrificó por ella durante toda su vida. 

El cardenal primado, don Marcelo González Martín, manifestó: “Nadie arrebatará jamás al Jefe del Estado que acaba de morir el honor de ocupar una de las páginas más gloriosas en los anales de la historia patria. La que él ha escrito con su vida y con su muerte es tan excelsa que podrá seguir iluminando a todos los españoles con tal de que exista una sola actitud: buena voluntad”. Después, desgraciadamente, llegó a España “la hora y los años de los enanos”... 

Eduardo Palomar Baró

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